30.000 jóvenes vivieron el concierto de Justin Bieber en el Campín
El Campín, apenas a la mitad de su capacidad, albergó todo un colorido ritual adolescente, protagonizado por cerca de 30.000 ‘beliebers’ (sic), seguidoras de la estrella del pop Justin Bieber
El concierto del artista canadiense, Justin Bieber, transcurrió con éxito y alegría en Bogotá. 30.000 asistentes, llegaron al Estadio El Campín con el fin de conocer al artista y escuchar su repertorio musical.
“¡Te queremos, Justin, te queremos!”, arengaban las fanáticas a la espera del joven cantante, que salió al escenario a las 8:35 p.m., después de una cuenta regresiva de 10 minutos, en medio de gritos a los más altos decibeles.
Comenzando con ‘All Around the World’, el concierto tuvo casi 20 canciones, entre ellas los sencillos ‘Baby’, ‘One Time’ y ‘Believe’, que le dio el nombre a esta gira que lleva al canadiense por 150 países
Después de la presentación de los artistas El Freaky Colectivo y Paty Cantú, apareció un cronometro de 10 minutos que anunció el tan anhelado show que era pedido por centenares de fanáticos.
Una ola tricolor adornaba la grama de la cancha del Campín, en donde los “billibers” con bombas de los colores de la bandera de Colombia coreaban las canciones de Bieber.
A pesar de que a la cuarta canción el evento se vio interrumpido por una falla en el sonido Y Bieber tuvo que improvisar -minutos después de que le prendieran su micrófono- al punto de decir “bueno, ¿alguien tiene alguna pregunta?”. Una situación incómoda que, al final, no redujo la efervescencia de las beliebers.
En un escenario sencillo, Bieber se movió entre pantallas y habló con el público, y no perdió tiempo para ir deshaciéndose de la chaqueta de su vestido blanco, en medio del furor común.
En otro cuadro singular, los DJs de El Freaky, la cuota colombiana, pusieron a bailar a este público tan particular para ellos con mezclas que incluían desde Daft Punk hasta champetas ‘picoteras’.
Luego vino el turno de la mexicana Paty Cantú, que presentó con su banda su disco ‘Corazón bipolar’, y que tuvo buena conexión con los “beliebers”.
Pero en pleno concierto, en su tercera canción, un descalabro evidenció fallas técnicas: de repente, se silenció no solo su música sino también su voz. Lo que en un comienzo parecía parte del espectáculo fue realmente una error que detuvo el concierto por varios minutos.
En ese momento, Bieber tuvo que improvisar -minutos después de que le prendieran su micrófono- al punto de decir «bueno, ¿alguien tiene alguna pregunta?». Una situación incómoda que, al final, no redujo la efervescencia de las beliebers.
En un escenario sencillo, Bieber se movió entre pantallas y habló con el público, y no perdió tiempo para ir deshaciéndose de la chaqueta de su vestido blanco, en medio del furor común.
En la tarde del martes, los alrededores del Campín, era el agosto de los vendedores ambulantes: «Lleve la gorra de Justin» «la pañoleta de Justin» «la cadena de Justin». En medio de afiches con la prístina imagen del Bieber de los 16 años, las niñas caminaban con sus padres, intentando superar los extensos anillos de seguridad y las requisas, más de tres para que pudieran llegar al anhelado campo de fútbol.
De pronto, hacia las 5 p.m., una limosina Hummer arribó por la Carrera 30, anunciando ‘a punta de pito’ la llegada de Bieber. El cordón policíal no fue suficiente: una nube de niñas intentó lanzarse a la calle para lograr algún contacto, pero las ventanas del vehículo nunca bajaron.
Frente a la dulzura del cuadro, contrastaban las armaduras negras de una cuadrilla del Esmad que estaba lista para cualquier eventualidad -por insólita que pudiera resultar-, al costado Sur del estadio.
En otro cuadro singular, los DJs de El Freaky, la cuota colombiana, pusieron a bailar a este público tan particular para ellos con mezclas que incluían desde Daft Punk hasta champetas ‘picoteras’.
Luego vino el turno de la mexicana Paty Cantú, que presentó con su banda su disco ‘Corazón bipolar’, y que tuvo buena conexión con los «beliebers».
Capítulo aparte merecen las pequeñas celebridades locales que aprovecharon el momento. En medio del show de El Freaky, apareció en graderías Johan, uno de los protagonistas de novela de la temporada pasada, y fue como si soltaran al mismo Bieber en medio de una jauría: las niñas se saltaban las sillas del estadio para tomarle fotos y no pudo sentarse sino hasta que llegó un cerco policial.
Durante todo el día hubo conmoción alrededor no solo del Campín sino del JW Marriott, donde se hospedó la estrella. Al parecer, desde allí tuiteó en su cuenta oficial: «Loving Colombia. Show Today» (Amando a Colombia, concierto hoy), un mensaje que tuvo más de 10.000 retuits.
Bieber cultivó a una generación de fanáticas. Probablemente sea solo la fiebre de la adolescencia, pero logró el propósito de su visita a Colombia.
Capítulo aparte merecen las pequeñas celebridades locales que aprovecharon el momento. En medio del show de El Freaky, apareció en graderías Johan, uno de los protagonistas de novela de la temporada pasada, y fue como si soltaran al mismo Bieber en medio de una jauría: las niñas se saltaban las sillas del estadio para tomarle fotos y no pudo sentarse sino hasta que llegó un cerco policial.
Durante todo el día hubo conmoción alrededor no solo del Campín sino del JW Marriott, donde se hospedó la estrella. Al parecer, desde allí tuiteó en su cuenta oficial: “Loving Colombia. Show Today” (Amando a Colombia, concierto hoy), un mensaje que tuvo más de 10.000 retuits.
Bieber cultivó a una generación de fanáticas. Probablemente sea solo la fiebre de la adolescencia, pero logró el propósito de su visita a Colombia