COSAS QUE PASAN
Por: Raúl Arturo Gutiérrez García
Son tantas y tantas de ocurrencia diaria, que, obligan a la gente común a hilar delgado y a los observadores del acontecer político, a opinar aceleradamente.
Cayó alias Boni, señalado de servir a paramilitares y de inmediato se recordó que en 2002, era supuestamente el conductor del vehículo que transportaba al candidato presidencial Álvaro Uribe, objeto de un atentado que resultó ser montaje.
El martes, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, denunció un complot de las Farc, para cegar las vidas del expresidente Uribe y el fiscal Eduardo Montealegre. El rechazo general no se hizo esperar y de las conjeturas se zurció una enredada madeja.
Que el ministro Pinzón lo dijo, porqué Uribe se lo ordenó. Que la columna ‘Teófilo Forero’, comandada por Hernán Darío Velásquez alias el ‘Paisa’, no acompaña las conversaciones de La Habana y por eso fragua el atroz crimen. Que tamaña amenaza, es suficiente para ordenar el bombardeo del primer campamento de las Farc y terminar el proceso. Hubo más.
El miércoles, algunos medios dieron curso a la versión de un ataque a la guarida del ‘Paisa’ y al hallazgo de una lista de senadores a eliminar. Las Fuerzas Militares, negaron el hecho, y reiteraron que el acoso a la guerrilla no cesa.
En medio de la sarta, el presidente Juan Manuel Santos, ordenó reforzar el aparato de seguridad de Uribe, -compuesto por 300 agentes-. Hábilmente, el expresidente dijo sobre este particular: me preocupa el gasto que conlleva el servicio; al tiempo que en un conversatorio con comerciantes de San Andresito, en Bogotá, incitaba a la desobediencia del eventual acuerdo con la Farc.
Y mientras esto pasa, el proyecto de ley sobre el sistema de salud, prolonga su agonía; el fiscal Montealegre y la contralora Sandra Morelli, raen mutuamente sus investiduras; el procurador Ordóñez se pone la camiseta del UCD; la corrupción campea; el crimen urbano aumenta.
Como vamos, vamos hacía el desquiciamiento nacional.