El 38% de los niños utiliza un dispositivo móvil antes de hablar
Investigación en Common Sense Media, EE.UU, relevó que el 38% de niños menores de dos años tiene acceso a un dispositivo móvil para divertirse.
Los niños son los nuevos usuarios recurrentes de los aparatos electrónicos, de hecho, uno de cada tres menores en Estados Unidos han utilizado una tableta o un teléfono inteligente, incluso antes de poder hablar o caminar.
Según un nuevo informe realizado por la organización Common Sense Media, el 38% de los niños menores de dos años utiliza un dispositivo móvil para jugar, ver vídeos o para otros fines, cifra bastante superior al 10% que se reportó en 2011.
Así mismo se estimó que a la edad de 8 años, el 72% de los niños ya tienen una relación cercana con smartphones y tabletas.
El estudio también detectó que el uso de dispositivos móviles entre los niños pequeños crece aún más rápido que la televisión (66%) los computadoras (entre el 4% y el 10%) y todavía más que el DVD, cuya audiencia disminuyó en un 46%.
Además de este panorama, el informe demuestra que cada vez más los niños utilizan dispositivos móviles por periodos más largos. De hecho, la cantidad de tiempo dedicado al uso de estos dispositivos se triplicó: en 2013, los niños de 0 a 8 años gastaron un promedio de 15 minutos al día, mientras en 2011el tiempo era de 5 minutos.
“Esta es la verdadera señal de que la generación digital ha llegado”, dijo Jim Steyer, fundador y CEO de Common Sense Media. “Estamos viendo un cambio fundamental en la forma con la que los niños consumen los medios de comunicación. Los niños que ni siquiera hablan caminarán hasta una pantalla de televisión y tratarán de manejarla como si fuera un iPad o un iPhone”, agregó.
El CEO explica que el acceso de los niños a los dispositivos móviles, sin embargo, tiene sus desventajas. Las tabletas pueden ser valiosas herramientas educativas, pero en exceso podrían dañar la formación del pequeño.
Al respecto, la sicóloga Catherine Steiner-Adair, explica en su libro La gran desconexión, que el cerebro dobla su tamaño en el primer año de vida, alcanzando el 70% del volumen que tendrá de adulto, el que llegará al 85% de su tamaño a los dos años. Por ello, apunta el texto, los niños necesitan estimulación de las personas, mas no de las pantallas.
Por su parte, la Academia Americana de Pediatría indicó el lunes pasado que los padres deberían prohibir los medios electrónicos durante las comidas y después de acostarse, como parte de nuevas directrices impulsadas por el creciente uso de tecnologías en los niños.
De acuerdo con la doctora Marjorie Hogan, una de las autoras principales de la declaración, no se trata de destruir a los medios, “amamos los medios”, agregó, la cuestión es tener una manera para utilizarlos para bien y de la mejor manera.
Por ello, la Academia dice que resulta recomendable para las familias elaborar una serie de reglas claras para el uso de la televisión, los teléfonos celulares y otros dispositivos.
Este plan que cada familia puede elaborar según sus necesidades, puede incluir limitar el tiempo de televisión para los niños a una o dos horas por día. Otra recomendación es mantener las habitaciones de los pequeños libres de televisión e Internet.
La especialista de la Universidad de Minnessota, destacó que los medios de comunicación pueden influenciar la vida de los niños en muchas manera positivas. Algunos programas como Plaza Sésamo han demostrado su utilidad como apoyo en el aprendizaje de niños en edad preescolar y para promover los valores como la empatía, destacó Hogan.
También para los adolescentes el uso de estos medios es de mucha utilidad, dijo, ya que “estar conectado con tus compañeros, tener la oportunidad de crear tu personalidad, puede ser una cosa realmente positiva”.
Otro uso que ha demostrado su utilidad es cuando un niño por cuestiones médicas tiene que ausentarse por un periodo considerable de la escuela, ahí se pueden utilizar programas educativos en línea para mantenerse al día, destacó el organismo.
Sin embargo, este órgano colegiado destacó que mucha televisión, o el uso excesivo de otros medios, se vinculan con el sedentarismo, la obesidad, problemas de sueño y en la escuela, y en ocasiones con comportamiento agresivo.