domingo noviembre 24 de 2024

“Sin compromiso en mínimos humanitarios es muy difícil la participación política de guerrilleros

05 febrero, 2014 Generales

A raíz de las declaraciones públicas de Pablo Catatumbo, uno de los voceros de la guerrilla de las farc en La Habana, Cuba, de estar dispuestos a estudiar la firma de unos mínimos humanitarios con el Gobierno colombiano, me permito manifestar que dicho camino deberíamos presionarlo en Colombia a fin de lograr la firma de un acuerdo de paz para que se convierta lo más pronto posible en un compromiso de la guerrilla con el pueblo colombiano.

La paz es posible si la guerrilla, tanto de las farc como del eln, se compromete públicamente al cumplimiento de los siguientes mínimos humanitarios, que pueden ser:

Poner fin al secuestro y dejar en libertad de manera inmediata y sin ningún tipo de condición a todas las personas secuestradas.

Finalizar la colocación de minas de la muerte o antipersonales y contribuir con el Estado y la comunidad internacional al desminado humanitario de zonas agrarias afectadas.

No reclutar de manera forzosa a menores de edad y permitir su desmovilización con la ayuda de la Unicef y el ICBF.

Acabar todo tipo de actos violentos y terroristas contra la población civil y la infraestructura económica y social del país.

Estoy seguro que si las guerrillas se comprometen con el cumplimiento de estos mínimos humanitarios le van a demostrar a la población colombiana, al Estado y a la Comunidad Internacional que sí tienen voluntad de participar pacíficamente en política, de poner fin al absurdo conflicto armado interno que hemos vivido en los últimos 50 años y de contribuir a la credibilidad del pueblo colombiano de que el camino de la paz sí es posible. Así mismo, pienso que no estamos condenados a vivir otros 50 años más con guerrillas y otros grupos armados ilegales.

Con esos mínimos humanitarios las guerrillas ganarían mucho y sin temor a equivocarme pienso que tendrían todo el valor ético para demandar del Gobierno colombiano el cumplimiento de compromisos humanitarios, entre los cuales pueden estar:

El respeto por la integridad física de los guerrilleros y guerrilleras que se comprometan con el cumplimiento de esos mínimos humanitarios.

El respeto de manera integral de los derechos humanos de guerrilleros y guerrilleras que están privados de la libertad.

Mayor inversión social en aquellas regiones agrarias y ciudades donde exista mucha pobreza y miseria.

Apoyo en la desmantelación de bandas y organizaciones criminales que con sus amenazas y asesinatos quieren eliminar físicamente la actividad de sindicatos, de organizaciones de derechos humanos, de luchadores y luchadoras por la restitución de tierras y de movimientos políticos de izquierda como Marcha Patriótica y la Unión Patriótica.

Como Vicepresidente de la República considero que si la guerrilla de las farc y el Gobierno de Colombia aceptaron voluntariamente dialogar en La Habana, Cuba, lo hicieron para llegar de manera civilizada y respetuosa a la firma de un acuerdo de paz que le permita poner fin al conflicto armado interno y no para hacerse daño recíprocamente y menos para ver quién vence a quién. Sin embargo, es de público conocimiento que en este camino hacia la paz no se está al margen de lo que pasa en Colombia, donde desafortunadamente existen sectores radicales, tanto en las guerrillas como en la extrema derecha que quieren que se rompan dichos diálogos porque al final para ellos es más rentable la violencia que la paz.

El compromiso con los mínimos humanitarios permiten un camino cierto de paz, de no violencia y demostrar la voluntad que tienen los guerrilleros de las farc de participar en política y de poner fin al conflicto armado interno.

Concluyendo esta carta abierta he tenido conocimiento de las graves denuncias de la Revista Semana sobre la actividad de un grupo de militares colombianos, que en vez de estar persiguiendo ilegales, se dedicaban a interceptar la actividad de los voceros y voceras del Gobierno Nacional en los diálogos de paz de La Habana, Cuba.

Dicha actividad, además de ser ilegal, es violatoria de los derechos humanos. Como servidores públicos que son de antemano sabían que estaban haciendo una actividad ilegal contraria a la Constitución Nacional y a los esfuerzos de paz del Presidente Juan Manuel Santos Calderón. ¿Quién les ordenó hacerlo? ¿Para quién trabajan? ¿Para dónde iba la información? y ¿Qué pretendían hacer con ella?

Los medios de comunicación, empezando por la Revista Semana, y la sociedad colombiana tienen derecho a saberlo. No olvidemos que en la Constitución Nacional la paz es un deber y un derecho de obligatorio cumplimiento y quienes trabajan por la paz tienen todo el derecho a ser protegidos por el Estado colombiano.

En Colombia se tiene que acabar la nefasta práctica donde los legales que trabajan por la paz y los Derechos Humanos muchas veces son tratados por algunos servidores públicos como si fueran ilegales. Estamos en una democracia donde las personas tienen derechos y deberes. Los ciudadanos y ciudadanas no puedes seguir siendo dignos de toda sospecha.

Los militares o servidores públicos que se metieron en esta actividad ilegal de las chuzadas conspiraron contra el Presidente Juan Manuel Santos Calderón. En tal sentido, con todo respeto le solcito al señor Procurador General y al señor Fiscal General de la Nación investigar y sancionar a dichos servidores públicos porque en el Estado no pueden estar violadores de los Derechos Humanos en Colombia.

Fraternalmente,

Angelino Garzón

Vicepresidente de la República

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