Jóvenes Multiplicadores de Convivencia reciben atención psicosocial para su formación de vida
El amor, la norma, el cuerpo y el vínculo social, son los cuatro lineamientos psicosociales que el programa Jóvenes por la Vida, una Estrategia de Convivencia, brinda a los jóvenes beneficiarios. 314 Jóvenes del Programa Jóvenes por la Vida, una Estrategia de Convivencia, reciben atención psicosocial, de acuerdo con las características de intervención que los jóvenes necesitan.
El acompañamiento permanente a nivel individual y grupal lo realiza un profesional del área social, facilitando el desarrollo y el fortalecimiento de las competencias de los jóvenes en su vida, familiar, educativa y comunitaria en su proceso de integración social.
Esta intervención se hace teniendo como fundamento referentes del Índice de Desarrollo Juvenil (IDJ); 2011-2012 -en su componente familia-, que señala vacíos que se generan dentro del vinculo familiar, como por ejemplo que los jóvenes dicen que sus opiniones no son tenidas en cuenta y que nunca han tenido una orientación sexual. Igualmente, en su componente de convivencia y derechos humanos, refleja el conflicto entre actores ilegales a los jóvenes de sectores populares de acuerdo al nivel socioeconómico.
Teniendo en cuenta lo anterior, el Proyecto Jóvenes por la vida, una Estrategia de Convivencia, de la Secretaría de Gobierno y Derechos Humanos, ha focalizado sus talleres psicosociales en cuatro campos importantes con el fin de fomentar la resiliencia en los jóvenes, así como facilitar la construcción del ser desde una edificación personal de la realidad.
De este modo, los campos del amor, el cuerpo, la norma y el vinculo social son las temáticas que los profesionales desarrollan de acuerdo con las características psicosociales que se crean en los jóvenes; para propiciar espacios de construcción a través de una metodología reflexiva y experiencial que permite formar, moldear y fortalecer actitudes relacionadas directamente con la vivencia diaria, donde los jóvenes se sienten cuestionados por una experiencia personal.
En tal sentido, Nidia Yisela Álvarez Montoya, participante del programa, indicó que: “Estos talleres nos ayudan aflorar sentimientos que tenemos reprimidos y guardados y que no lo expresamos con las personas que comúnmente estamos relacionándonos. Tenemos un profesional que nos está ayudando de una manera dinámica a sacar esas cosas que tenemos guardadas y que nos hacen daño. Al principio fue duro al enfrentar los problemas y aflorarlos se siente dolor, llanto, desesperación dependiendo de la situación y de la experiencia pero cuando se termina el taller uno se siente liviano, se quita un peso de encima y se siente feliz”.