ONU pide revolución energética contra cambio climático
Es urgente usar energía solar o eólica para frenar aumento de temperatura global en 2 grados.
El mundo puede alcanzar el objetivo de la ONU de limitar el aumento de la temperatura del planeta a dos grados promedio antes de 2050, si reduce entre 40 por ciento y 70 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en el sector energético, afirmaron expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
Esta revolución energética requiere abandonar los combustibles fósiles contaminantes y utilizar fuentes más limpias para evitar el efecto invernadero, que podría provocar un aumento de la temperatura del planeta de entre 3,7ºC y 4,8ºC antes de 2100, un nivel catastrófico, según los científicos.
«Hay un claro mensaje de la ciencia: para evitar una interferencia peligrosa con el sistema climático, tenemos que dejar de seguir operando igual», explicó Ottmae Edenhofer, copresidente del IPCC, que elaboró el documento.
«Reducir el consumo de energía nos daría más flexibilidad para escoger entre las tecnologías con poca huella de carbono, ahora y en el futuro», aseguró por su parte el científico cubano Ramón Pichs-Madruga, otro de los tres copresidentes del grupo.
Para llegar al objetivo de limitar el calentamiento a 2ºC antes de 2050 «hay muchos caminos», pero «todos requieren inversiones sustanciales», explicaron los científicos.
La responsable de la ONU para el clima, la costarricense Christiana Figueres, exhortó a las naciones a ser «colectivamente más ambiciosas» y a «no seguir esperando (…) que surjan futuros milagros tecnológicos». «Ya tenemos los fondos y las tecnologías de demostrada eficacia que se necesitan» para «aumentar la velocidad y la escala con que se está actuando», dijo Figueres en un comunicado.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry coincidió con Figueras al decir que se trata de «una cuestión de voluntad y no de capacidad». Cientos de científicos han trabajado en el proyecto de la ONU desde que el IPCC publicó su primer informe en 2007, que provocó un gran debate mundial.
En 2011, las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero se situaron en 430 ppm (partículas de CO2 equivalente por millón), una concentración muy elevada.
Para contener esa concentración de gases a un máximo de 450 ppm habría que reducir entre un 40 por ciento y un 70 por ciento las emisiones actuales en el periodo 2010-2050 para alcanzar luego cero de emisiones en 2100.
Pero incluso con ese nivel de 450 ppm se llegaría tan sólo a un 66 por ciento de «probabilidades» de alcanzar el objetivo de limitar a 2ºC la subida de la temperatura media del planeta. Por ello, es necesario, además de rebajar la emisión de gases, «triplicar o casi cuadruplicar» el porcentaje de fuentes energéticas limpias o nucleares.
Todas estas medidas suponen un «cambio mundial a gran escala en el sector del suministro energético» e implicarían recortar cerca en un 0,06 por ciento anual el consumo energético global. Esa reducción del consumo y de la emisión de gases tendría además consecuencias positivas para la salud y para el impacto humano en los ecosistemas.
Al contrario, si los niveles de partículas equivalente a CO2 se sitúan en 550 ppm en 2100, la posibilidad de llegar al objetivo de 2º C será inferior al 50 por ciento, o incluso peor.
Además, si la temperatura del planeta sube entre 0,3ºC y 4,8ºC este siglo, el nivel del mar podría subir a su vez entre 26 y 82 centímetros, alterando fundamentalmente la vida en las zonas costeras. El informe no da recomendaciones, tan sólo una lista de opciones posibles, y recuerda que en la década 2000-2010 las emisiones de gases con efecto invernadero se incrementaron en 1.000 millones de toneladas cada año a causa del crecimiento económico.
«Todos los esfuerzos que se hicieron hasta ahora […] no redujeron realmente las emisiones», explicó el tercer copresidente del IPCC, Youba Sokona. «Los desafíos son grandes pero no es demasiado tarde para actuar», añadió. La comunidad internacional fracasó en 2009, en una reunión en Copenhague, en fijar objetivos de autoregulación, pero aun quedan 15 años para alcanzar el objetivo de los 2ºC, que evitaría, creen los científicos, el peor escenario para el planeta.