Cátedra de Paz: Respeto Vs Agresiones
Por: Carlos Alberto Baena López
Actualmente, el Congreso de la República se encuentra estudiando una iniciativa que tiene por objeto implementar la “Cátedra de Paz”, en todas las instituciones educativas del país.
El proyecto pretende, en líneas generales, que por medio del abordaje de diversos contenidos académicos, distribuidos y ajustados según el nivel educativo de que se trate, los estudiantes cuenten con mejores herramientas para la construcción y puesta en práctica de actitudes y comportamientos de paz, en sus actuaciones cotidianas.
Sin duda, el proyecto es a todas luces pertinente. Por una parte, al trabajar sobre un supuesto, que es la conclusión exitosa de los diálogos de paz que se están llevando a cabo en La Habana, resulta preciso trabajar en la construcción de una nueva cultura de Paz, en todos los niveles, para que aprendamos a vivir, o mejor, a Convivir, desde una realidad en la que el conflicto armado, padecido por décadas en Colombia, estaría ausente.
Pero por otra parte, independientemente de ese resultado, lo cierto es que resulta urgente que se pueda sacar adelante un proyecto de esta naturaleza. No solamente porque la Paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino porque la reconstrucción de Principios y Valores en nuestro país, es una tarea que no admite más dilaciones.
Situaciones como las que hemos denunciado con insistencia desde hace mucho, y que hoy cuentan con leyes de la república, nos dan la razón en este asunto. Arruinarle la vida a una persona al atacarla con ácido, poner en riesgo la vida propia y la de los demás al conducir bajo los efectos del alcohol, o pagarle menos salario a una persona por el sólo hecho de ser mujer, son algunas de ellas.
No obstante, hay mucho por hacer. Todavía observamos con indignación cómo los bebés con pocos días o semanas de nacidos, son abandonados dentro de bolsas o maletas, en basureros o terrenos baldíos; cómo nuestros campesinos tienen que acudir a las vías de hecho, para reclamar lo que les es justo por derecho; o cómo persiste el “matoneo” como expresión repulsiva de intolerancia, en la vida diaria de escuelas, universidades y sitios de trabajo.
Confiamos entonces en que la Cátedra de Paz aportará en la cimentación de una Filosofía del Respeto en nuestro país, así como en la defensa del derecho a la vida.