Cierre de campañas presidenciales en plazas públicas, ¿giro de las Farc o de los candidatos?
Por: Elizabeth Pérez Pérez
Los dos candidatos a la presidencia de la República en Colombia, Óscar Iván Zuluaga, por el Centro Democrático, y Juan Manuel Santos, por la Unidad Nacional, culminaron el domingo la presentación de sus propuestas de gobierno en las plazas públicas.
Zuluaga hizo su cierre de campaña en el departamento de Nariño, el mismo donde tiene influencia el bloque oriental de las Farc, o bloque ‘comandante Jorge Briceño’, que también el domingo anunció que no apoyará más los diálogos de Paz que adelanta el Secretariado de esa guerrilla en La Habana, Cuba, con el Gobierno de Santos, porque “no nos representan”, dijeron en comunicado difundido por Internet.
Por su parte, Juan Manuel Santos hizo su última presentación en la plaza pública en el municipio de Rionegro, región del oriente antioqueño con fuerte influencia de su otrora amigo, el ex presidente y ahora senador electo Álvaro Uribe Vélez, quien lidera el Partido Centro Democrático del candidato Zuluaga.
Y aunque ayer domingo ninguno de los dos candidatos hizo referencia a la carta enviada a ambos por el equipo negociador de la guerrilla de las Farc, desde La Habana, lo cierto es que la bandera de la paz pasó a un segundo plano en este cierre de campaña. Ambos candidatos más bien se centraron en ofrecerle al campesinado, el sector de la población colombiana más afectado por el conflicto armado interno, un abanico de dádivas que ojalá supere las promesas de campaña y pasen a ser una realidad.
“Valoramos en su justa medida que el candidato Óscar Iván Zuluaga se haya pronunciado a favor de la solución política y de la continuación de la Mesa de La Habana. Entendemos, porque así es la política, que procure diferenciarse del candidato Juan Manuel Santos”, dicen en su misiva los negociadores de las Farc.
Y prosiguen más adelante: “nos llena de alientos y esperanza el hecho de que uno y otro expresen su interés por la vía de los diálogos. Podríamos afirmar que ninguno está hablando abiertamente de guerra total, sometimientos o rendiciones”.
Así pues, las Farc, puede interpretarse así, dejan la puerta abierta para continuar los Diálogos de Paz con el candidato que resulte electo en la segunda vuelta electoral.
Frente a este panorama, el debate previsto para este lunes y promovido por El Tiempo, promete ser decisivo, puesto que los dos candidatos deberán enfilar sus baterías a temas más gruesos de sus programas de gobierno. Este debate podrá verse por los canales de televisión CityTv, El Tiempo televisión, y será transmitido además por la emisora La W Radio.
Entonces, si cede la tensión frente a la posibilidad de la paz, ante la certeza de la continuidad de los Diálogos de paz, algunos de los interrogantes que deberán responder los candidatos es por qué se oponen a una reducción de la Fuerza Pública, si los costos hablan por sí solos.
Basta con darle una mirada a la página del candidato – presidente Santos, en donde el contador de los gastos en la guerra crece de manera casi exponencial. En total, Colombia destina 22 billones de su presupuesto al sostenimiento de la guerra contra las guerrillas. Si se logra el acuerdo con las Farc, la guerrilla más grande del país, ¿cómo justifican que continúe el mismo pie de fuerza y el mismo gasto militar?
En la misma página, cualquier ciudadano puede leer: “Seguramente te habrás preguntado que se podría hacer con todo el dinero que el Estado invierte cada año en combatir el conflicto armado”, e ilustran con varios ejemplos, como el hecho de que en vez de fusiles se podría invertir en educación o bienestar infantil; o en lugar de gastar el dinero de los impuestos ciudadanos en desactivar minas, más bien dirigirlos a mejorar la salud o a construir viviendas.
Esos interrogantes ameritan una respuesta de los candidatos a la Presidencia de la República, porque un acuerdo de paz requiere financiación, y mucha parte vendrá de la comunidad internacional.
Entonces, la incertidumbre vuelve a aparecer del lado de las Farc, cuando le dicen en su misiva a los dos candidatos que “deben definir claramente ante el país, si lo que pretenden con una mesa de conversaciones es el escenario para una entrega sumisa, o si realmente propenden por un escenario para la reconciliación efectiva de la familia colombiana”.