miércoles diciembre 18 de 2024

Cuál Justicia

31 agosto, 2014 Opinión

Epígrafe

“Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosas que cuando pretende disfrazarse de justicia”. Jacinto Benavente

Lorena Rubiano 2 Por: Lorena Rubiano Fajardo

Vuelve y juega el tema de la reforma a la Justicia en nuestro país. Aunque la crisis es  muy vieja, en estos momentos está en su más alto grado de ineficacia.  Hay un  anteproyecto, de reforma  dejado por el ministro saliente de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, que no sabemos si es bueno o malo, o si tiene intereses ocultos.

Ahora hay que esperar que  el súper fiscal, Eduardo Montealegre, juegue sus cartas y  diga si se ajusta  a sus intereses, y de ahí pasará al Congreso Nacional en donde los senadores y representantes recibirán las presiones de las paquidérmicas altas cortes, del otro súper ministro Néstor Humberto Martínez, con grandísimos intereses en el tema por lo que él representa y de las Farc, para quedar protegidas en el posconflicto. En la mayoría de los casos es una  justicia politizada, los jueces,  magistrados, son cuotas políticas o de otros magistrados, que así forman su tinglado y su maraña dentro de la Rama. Aunque las facultades de Derecho tratan de formar abogados con sentido profesional, ético y con espíritu de responsabilidad social, salen a ejercer y se encuentran con una gran muralla de injusticia.

Me preocupa, por ejemplo, que el gobierno de Santos esté retornando a las capturas masivas como las ocurridas recientemente en el Urabá en donde cerca de 50 comerciantes, funcionarios  o empleados son traídos a Bogotá lejos de sus hogares y de su familia para juzgarlos como posibles cómplices de las autodefensas. La situación es muy compleja porque donde no había Estado, no había autoridad, los paramilitares eran la representación de ese Estado y la gente estaba sometida a ese régimen de terror y para mostrar eficiencia, los van condenar por vender una libra de carne, o prestarles servicios médicos o de transporte cuando eran obligados. Esto ocurre cuando la imagen de la Fiscalía General está por el suelo.

Recordemos recientes casos, como el del general Uscátegui, condenado por ser miembro del Ejército de Colombia, sin tener ninguna responsabilidad en el caso de Mapiripán, el de Sigfredo López, el polémico caso del contralmirante Gabriel Arango Bacci y el caso de Luis Alfredo Ramos exgobernador de Antioquia, procesado  por  la Corte Suprema de Justicia. Se está pidiendo celeridad en el proceso y no tuviera que estar privado de su libertad por mentiras de criminales.

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