martes julio 23 de 2024

James

24 agosto, 2014 Opinión

esteban jaramillo osorio

 Por Esteban Jaramillo Osorio

El problema de Ancelotti es descifrar los caprichos de su presidente en el Real Madrid y acomodar las fichas que su ostentosa chequera adquiere. Está subordinado a los agresivos movimientos de mercado de Florentino Pérez, empresario sin límites, dispuesto a hacerse a los servicios de cuanto jugador brille en el mundo del balón, lo que lo hace detestable a sus rivales.  Ya estuvo bajo el poder dictatorial de Berlusconi en Milán, Abramóvich en Chelsea y el jeque Nasser Al- Khelaifi en el Paris Saint Germain, acostumbrados a incorporar futbolistas de relieve, sin importar la adaptación a los esquemas preferidos por sus entrenadores.

A pesar de su brillo esporádico en los partidos que ha jugado y de su innegable técnica, influyente para darle toques diferenciales al juego del Real, James Rodríguez forma parte  de los dilemas del conjunto merengue. No sabe aún el técnico italiano donde exprimir sus condiciones. Cuando mejor rinde en una posición cómoda, la de  mediocampista que enlaza líneas de ataque, influyente en la zona- gol, lo reduce a una menor expresión en el círculo central, o lo estaciona en los rincones, desligado de los circuitos del juego. El público Español  se maravilla con el ídolo Colombiano, pero su entrenador  tarda en entender cómo ensamblarlo para sacarle el máximo provecho.

En realidad, Ancelotti se debate entre acomodarlo al sistema prevaleciente en el Real, o transformar el sistema para encajarlo en él y de paso al Alemán Toni Kross.

La calidad de James le permite aportar variadas propuestas y soluciones, sin importar las complejidades tácticas que en su nuevo equipo subsisten. Es efectivo, es estético, tiene destreza y talento,  a  pesar de que aún no asimila los automatismos de sus compañeros, en el comportamiento asociado.

Los colombianos encaramos el saludable ejercicio de seguir sus pasos, con el convencimiento de que su llegada no es un capricho empresarial, pero con la impaciencia  natural, al verlo indefinido en los libretos de Ancelotti.

James está en boca de todos y su nombre y su fama crecerán como espuma a pesar de los caprichos de su técnico italiano, del mismo origen de Ranieri, el del Mónaco, que tanto demoró para entenderlo. Son gustos, son caprichos…

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