El Ojo del Halkón
Santos al frente de cuatro años de expectativa y desconfianza
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
Este próximo 7 de agosto se inicia un periodo presidencial lleno de expectativas, de esperanza y desconfianza entre los colombianos, puesto que más del 90% creen que lo que necesita el país en este momento es hacer efectivo un acuerdo en el proceso de La Habana, para terminar con 66 años de guerra fratricida que ha desangrado la Nación.
No es muy fácil el hueso para roer que se le pone al frente al reelecto Presidente Juan Manuel Santos Calderón, se la ha jugado toda por un proceso de paz que no se sabe para dónde irá, y no se sabe precisamente porque el mismo Presidente, le ha tenido que llamar la atención al as FARC para que dejen de cometer atentados contra la población civil y lo más curioso del caso es que cuanto él dice que si esto sigue sucediendo será necesario terminar con el proceso y les recuerda que ellos mismos están cavando su tumba política, ellos le contestan que si siguen los bombardeos a sus campamentos y persecución a sus cabecillas, ellos también dirán que no van más.
Vale la pena destacar, que nunca en la historia de Colombia se había avanzado tanto en un proceso como este, el mismo que ha sido pródigo en enemigos, unos que no creen sino en que las FARC hay que terminarlas por la fuerza y no en la mesa de diálogo, otros que piensan que es injusto que los alzados en armas no paguen en su totalidad por sus crímenes y otros que dicen que no vale la pena que gente de bien comparta escaño en el Congreso de la República, con quienes han cometido delitos de lesa humanidad. Ahora las cosas se comienzan a enredar un poco más con la mesa de reparación de víctimas, este tema es bastante delicado y es quizá uno de los más importantes en estos diálogos, porque la reparación de las víctimas sirve para limar asperezas y para firmar en un momento dado el proceso de paz deseado por todos.
Pero lo que está sucediendo es que ahora todos quieren estar presentes en La Habana, la Universidad Nacional, las Naciones Unidas y la Iglesia Católica están tratando de escoger el grupo que debe de estar sentado en la mesa de diálogos y como caso curioso, en el congreso que se adelanta sobre este tema en la ciudad de Cali y que tendrá una duración de tres días, han aparecido una serie de grupos que piden estar en La Habana por considerar que son víctimas del conflicto, tanto por parte de los alzados en armas, como por el propio Estado, hasta el punto que se presentaron amotinamientos de protesta de quienes decían representaban a las FARC como víctimas, lo que fue calificado como fuera de tono; haciendo que la escogencia de quienes formarán esa sea no sea cosa fácil.
Como se ve, ese primer punto es grave para el presidente Santos en su nuevo periodo, pero si seguimos analizando nos encontramos que la economía pasa por un momento bueno, según el propio Gobierno, pero nos hace pensar que a pesar de dar a conocer un presupuesto bastante grande y en el que se destaca que gran parte del mismo será dedicado a la educación, por encima de lo que se hace con las Fuerzas Militares, se hable que no hay dinero para otros fines, como la ayuda a personas de clase media para adquirir vivienda, porque lo primordial será la vivienda de interés social.
El problema de la salud es otro punto bastante delicado, a pesar de la cobertura nacional, siguen las quejas por el mal funcionamiento y prestación del servicio de algunas EPS, lo mismo que entidades del Estado, reinando todavía a esta altura del paseo el famoso paseo de la muerte, el que ha dejado varias víctimas, entre las que se destacan niños y personas mayores de edad.
El manejo que le sepa dar a las políticas medioambientales, puede sacar al Gobierno repitente de un gran problema que se le avecina con lo del Fenómeno del Niño, que según los entendidos dejará grandes sequías y desabastecimiento, por lo que se puede presentar en el campo, en donde el agua comienza a desaparecer, por arte de magia, mientras que los ciudadanos no se responsabilizan del mal que están haciendo.
El medio ambiente ha sido tema que los gobiernos no quieren tocar, porque no lo entienden bien o porque no les interesa y es así como han dado rienda suelta a la minería ilegal y a la explotación de petróleo, dejando seco el suelo y al país a punto de una gran catástrofe.
Y lo más duro sin lugar a dudas será la situación de orden público, los ataques de la guerrilla, FARC y ELN dan mucho que pensar, pues precisamente al cierre de esta columna se hablaba de una acción macabra, como fue el envenenamiento de nueve soldados en el departamento de Arauca, de los cuales uno perdió la vida.
Atentados a los oleoductos, a la población civil, dejando víctimas a los niños, como sucedió en el departamento del Cauca y el chantaje hacen que cada día haya más miedo entre los campesinos y ciudadanos de bien.
El paseo millonario, las extorsiones, los robos callejeros, en especial de celulares y los asaltos a mano armada a los establecimientos públicos se han vuelto el pan de cada día y por más que se diga que se está trabajando al respecto, las cosas siguen igual o peor.
El asunto político no es una perita en dulce, Santos tendrá una oposición férrea del Polo Democrático y del Centro Democrático, y a pesar de haber nombrado un buen Ministro del Interior, se cree que la tarea ni va a ser fácil para poner de acuerdo a los legisladores en el momento de aprobar proyectos importantes, como la reforma a la salud y a la justicia entre otros.
Parece que la clave de lo que puede ser el nuevo mandato Santos esté en los resultados del proceso de paz y en que se sepa rodear de buenos ministros para responder a situaciones graves como el agro, la educación y atención a los desprotegidos.
Esperar, esperar y más esperar, de que todo salga de acuerdo a lo esperado para el bien de todos.