Más economía o un riesgo para la salud pública: el temido ‘Fracking’
Por: Mauricio Aguilar Hurtado
Al debate ambiental se suma ahora el anuncio del uso de la fracturación hidráulica ‘Fracking’, que ya empieza a tener espacio en la opinión mundial, es una nueva forma de penetrar la tierra para extraer minerales a costas de una perforación vertical de 1.000 a 5.000 metros, permitiendo la extracción mineral de forma horizontal.
Aquí no hay nada diferente. El método Fracking logra llegar hasta el gas acumulado en los poros y fisuras de rocas sedimentarias, usando millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico para extraerlo. Si lo vemos desde el punto de vista económico, esta práctica ha logrado que multinacionales incrementen sus ganancias, pero de otra parte, existe la duda de las nefastas consecuencias para la salud pública debido a la alta toxicidad de los gases que emite las rocas una vez son perforadas.
Resta una semana para la realización de II Edición de ‘Shale Colombia’, que dejará al descubierto las potenciales reservas de petróleo y gas con las que cuenta el país, blanco directo para multinacionales interesados en imponer la moda mundial a la que organizaciones como Greenpeace se ha opuesto.
Países como Francia y Alemania, ya han puesto su firme decisión de no permitir la exploración con la técnica Fracking. En Australia está en moratoria, en República Checa y Bulgaria suspendieron las actividades de explotación mientras evalúan los daños que estas puedan causar.
Es así que para 2015, en Colombia y según el anuncio del Estado, el Fracking se aplicará en varios departamentos, Cundinamarca, Tolima, Caldas, Antioquia, Norte de Santander y Santander, en los que ya se puso el ojo, como posibles lugares de explotación debido que registran grandes depósitos de gas y petróleo.
Este fenómeno mundial del que no se ha comprobado consecuencias ambientales con certeza, le son achacadas entre ellos la contaminación de las aguas subterráneas, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano), terremotos (sismicidad inducida), y la contaminación acústica.
Los temblores de tierra aumentarán sin medida, sin mencionar las poblaciones vulnerables geográficamente que viven adyacente a estas reservas.
Caso Santander. Uno de los departamentos donde se aplicará esta técnica, hay una increíble actividad sísmica permanente, a raíz de numerosas fallas geológicas que están localizadas en la zona más ancha de la Cordillera Oriental de Colombia, puntualmente
En el municipio de la Mesa de los Santos. En el 2011 se registró 4.689 movimientos telúricos. Después de Indokush, en Afganistán, este es el segundo nido sísmico del mundo. Existiendo la posibilidad del aumento de los temblores en esta región, como ha sucedido en los Estados Unidos, donde se han incrementado de 20 a 100 temblores desde octubre de 2013, por el uso de esta técnica.
No podemos ser ajenos que los cambios climáticos son producto del mal manejo ambiental y dejan innumerables pérdidas en muchos sectores de la económica colombiana, alrededor de 8 billones de pesos cada 4 años, según lo informa el Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento Nacional de Planeación.
Por ello, es una paradoja que Colombia, privilegiada por ser el segundo país con más páramos a nivel mundial, y el más biodiverso, ahora se enfrenta a un enemigo invisible, que contrastará con las amenazas del Cambio Climático.
Tantos interrogantes, y tantas preguntas sin responder. Esperemos que la buena voluntad de la ingeniería y la modernización e inclusión de la tecnología, no traiga más desgracias a nuestro Ambiente, ese que cuidamos muchos en una encrucijada que no tiene fin, ni ley.