Modernización de los partidos
Por: Lorena Rubiano Fajardo
Epígrafe
“Los hombres somos transitorios, pero los partidos organizados, con sus virtudes y defectos, son fuerzas permanentes y necesarias, llamadas a progresar y a perfeccionarse”. Marcelo T. De Alvear
. Hay que aprovechar las coyunturas y el ambiente reformista que cunde en este nuevo período presidencial, para que los partidos se renueven, fortalezcan y estén listos y preparados, para afrontar la posible llegada de las Farc y el Eln al sistema democrático de nuestro país. Los partidos políticos están obligados a modernizarse o condenarse a su desaparición para cumplir con el fortalecimiento de nuestra democracia y nuestras instituciones.
Ese primer ejemplo lo está dando el Partido Conservador, siguiendo los derroteros de su presidente saliente Omar Yepes. Los nuevos jóvenes líderes como David Barguill, Ángela Ospina, David Valencia Campo, Javier Mauricio Delgado, entre otros; le están dando un revolcón a la organización y a las finanzas de esa colectividad, que a propósito pasa por enormes dificultades financieras. Esta modernización la están logrando con el eficaz apoyo de Soraya Galvis y del secretario Juan Carlos Wills Ospina.
Estas renovaciones partidistas comprometen aún más a las colectividades por el establecimiento del voto obligatorio que comenzará a regir desde el 2018, con la conformación de listas “cremallera” o intercaladas hombre-mujer y las listas cerradas.
Es una nueva oportunidad para los partidos que aspiran a convertirse en una organización política seria y con representatividad, para cautivar a los nuevos millones de votantes que, obligados, concurrirán a las urnas. De manera que la tarea es eliminar ese concepto negativo de ser solo máquinas electorales, acercarlos más a la sociedad colombiana interpretando sus deseos, necesidades y objetivos democráticos.
Esta evolución deberá estar acompañada de la eliminación de liderazgos caudillistas, la corrupción y la concentración del poder en unos pocos; y reforzada con amplia presencia femenina y juvenil, además con profunda democracia interna.
La modernización de los partidos políticos debe hacerse con base en una gran reingeniería, formación de líderes en todas y cada una de las veredas y de los municipios del país, con programas vinculados a la realidad social, política, económica y cultural en la que se desarrollan.
Los partidos necesitan acciones concretas para lograr una mayor representatividad ya que no fueron capaces por ideales y convicción aumentar la masa de participantes en las urnas ahora deberán aprovechar la obligatoriedad del voto para cautivar a los nuevos electores, para que no les gane el voto en blanco.