martes julio 16 de 2024

Iniciativa de campaña?

12 octubre, 2014 Opinión Eduardo Lozano M.

Eduardo LozanoM

Por  Eduardo Lozano M.

Resulta irónico y coincidente que cada vez que se acerca una campaña política para disputar la Presidencia de la República, una gobernación o una Alcaldía, aparecen como por arte de magia los resultados de estudios fantásticos de algunas obras prioritarias, que pareciera que si no las hace fulanito nunca se ejecutarán.

Con esto hago referencia a «los más completos» estudios que entregó recientemente el Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro, sobre la viabilidad para construír un  sistema de transporte masivo -METRO- para Bogotá. Una  obra que inicialmente está calculada con un costo de 15 BILLONES DE PESOS y que al final, dadas las experiencias en las obras que adelanta el estado, saldrá por el doble de precio, es decir  por unos  30 BILLONES.

En el mes de mayo de 2013. coincidencialmente escribí aquí mismo sobre el tema y su historia.

Tomaré un fragmento de la publicación, para que los amables lectores queden totalmente empapados de los ensayos que se han hecho,  sin que hasta el momento se haya obtenido absolutamente nada  y los bogotanos, continuemos  con las dificultades de un transporte mediocre y unas vias completamente destrozadas.

La historia

«Con el cuento y las promesas del METRO venimos desde hace muchísimos años, sin que hasta el momento se haya concretado nada.

Para conocimiento de las nuevas generaciones, es prudente que sepan algo de esto y encuentren la razón de las dudas.

En el año de 1.954 (hace 60 años), siendo alcalde de la ciudad Andrés Rodríguez, el funcionario solicitó al Concejo de Bogotá su autorización para contratar un sistema similar al de Nueva York y lograr de esa manera una mayor fluidez en el transporte urbano. El Concejo desestimó la propuesta.

Al año siguiente (1.955) el ex presidente Gustavo Rojas Pinilla tenía contratada la construcción del METRO para Bogotá mediante concesión con una firma japonesa. Llegaron los gobiernos del Frente Nacional (liberal y conservador)  y desecharon la idea.

En 1.966, siendo Alcalde de Bogotá Virgilio Barco se volvió a agitar la iniciativa, pero la presión de los transportadores urbanos con el argumento que «no era solución para el desarrollo de la ciudad», hizo que se claudicara en el empeño.

Iguales esfuerzos hicieron los alcaldes Hernando Durán Dussán (1.981) y Jaime Castro (1.992), con resultados negativos porque siempre existieron colectividades o personajes que le pusieran palos a la rueda.

Luego la bandera la tomaron Ernesto Samper (1.994), Enrique Peñalosa (2.000) y tampoco se logró la construcción del famoso METRO para Bogotá.»

Es prudente aclarar  que si se decide definitivamente hacer un sistema de transporte de esta características para Bogotá, las obras no comenzarán mañana.

Esto lleva un proceso de financiamiento, licitaciones, etc etc, que se toma muchos meses y quizás años para dar el primer  paso. Cuando todo esté listo, se cierren las propuestas de los constructores, se obtengan las primeras partidas para el pago de los trabajos iniciales ya habrán pasado casi dos años, justo el tiempo en que comienzan las campañas políticas para la presidencia de la  república para el período que se inicia en el año 2018.

Y no faltará el aspirante, que para este caso sería Gustavo Petro, que se apadrine de la idea y el proyecto y nos venda por un voto, la obra que nunca ha tenido la ciudad para solucionar los problemas de transporte y movilidad, mientras él avalado por el voto de unos ciudadanos ilusionados, ascendería al cargo más importante del país.

Finalmente la obra no se podrá hacer, porque los costos de los materiales subieron de tal forma que no existirá presupuesto que los pueda soportar y se tenga que desistir de la idea de construir el Metro.

Sé de antemano que desde ya, muchos de los amables lectores me tildarán como un ave de mal agüero y enemigo de este macro proyecto para Bogotá, pero conociendo el proceder de las personas, presiento que no estoy muy lejos de la realidad.

Claro que el sistema METRO  es una necesidad para  cualquier capital de un país, pero se me antoja que las cifras para su construcción son demasiado altas, cuando las necesidades en otras areas son muy urgentes.

Si se  llegare a cristalizar la construcción del sistema, el primer tren estaría al servicio más o menos en el año 2018 si no se presentan inconvenientes en el desarrollo de los trabajos de perforación y montaje.

Qué bueno y oportuno sería que nuestro gobierno le preguntara al presidente Rafael Correa de Ecuador, cómo hace para mantener ese lujo de autopistas de cuarta generación sin cobrar peajes a los automovilistas.

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