martes julio 16 de 2024

Positivo balance para la caficultura colombiana al cierre del año cafetero 2013-2014

16 octubre, 2014 Económicas, Generales

Granos de Cafe

Al cierre del año cafetero 2013/2014, la caficultura colombiana ha registrado un crecimiento significativo en producción y productividad que se hace más evidente cuando se analizan las cifras frente a otros sectores de la agricultura nacional y  también cuando se le compara con otros países productores de café arábico en el mundo.

En efecto, durante el período Octubre 2013 – Septiembre 2014 la producción cafetera superó los 12,1 millones de sacos, lo que significa un incremento del 22 por ciento respecto al año cafetero 2012/2013. Este crecimiento se da gracias al plan de renovación de cafetales concebido e implementado por la Federación Nacional de Cafeteros, que llevó a que Colombia reconvirtiera su parque productivo con cultivos más densos y tecnificados, optimizando así las parcelas cafeteras de centenares de miles de cafeteros en 20 departamentos.

El plan de renovación de cafetales fue puesto en marcha aprovechando la amplia experiencia del centro de investigación de la Federación – Cenicafé – y su contribución en el desarrollo de variedades de café más resistentes a las enfermedades,  que exhiben una mejor calidad de grano y una mayor adaptación a la variabilidad climática y a las condiciones agroecológicas de las zonas cafeteras.

Vale la pena resaltar que mientras buena parte de los países de Centroamérica enfrentan retos significativos en materia de productividad debido a la infestación por roya, y Brasil sufre las drásticas consecuencias de la variabilidad climática, Colombia comienza a cosechar los resultados de un inmenso esfuerzo en términos de reconversión productiva y renovación con variedades resistentes al hongo de la roya, los cuales han sido posibles gracias a la institucionalidad cafetera en cabeza de la FNC.

El servicio de Extensión de la FNC es una clave del éxito 

Uno de los factores clave para el éxito de la estrategia de reconversión productiva liderada por la Federación,  gracias a la cual se han renovado 3.133 millones de árboles, equivalentes a 591mil hectáreas de café pertenecientes a más de 423 mil caficultores en todo el país, ha sido el Servicio de Extensión de la FNC, cuyo símbolo es el Profesor Yarumo.

Con el fin de motivar la adopción de variedades de café mejoradas y el incremento de la tecnificación de los cultivos, el Servicio de Extensión de la Federación realizó en el último año más de 1,2 millones de contactos con productores.

“Este cambio no se habría logrado con un simple programa de asistencia técnica”, manifestó Carlos Armando Uribe, Gerente Técnico de la Federación. “Para realizar una transformación de esta magnitud es necesario convertirse en un agente de cambio, en un asesor integral que empodere a los líderes de las veredas. Para ello, resulta de vital importancia que el extensionista entienda el contexto de cada comunidad y sea respetado como una persona que busca el desarrollo integral y no simplemente que brinda una asesoría aislada”, añadió Uribe.

Cabe destacar que estudios realizados por la Universidad de los Andes y la Universidad Libre de Bruselas han señalado  la importancia del Servicio de Extensión de la FNC como elemento determinante para la construcción de tejido y capital social en comunidades rurales vulnerables, por cuanto atenúa los efectos negativos de la violencia y de los cultivos ilícitos.

Ana María Ibáñez, Decana de Economía de la Universidad de los Andes, presentó en el pasado Congreso Nacional de Cafeteros un estudio sobre los efectos del conflicto en las decisiones de inversión de un productor agrícola, y concluyó que en las zonas cafeteras el impacto de la violencia es menor que en otras zonas y que “el apoyo de la Federación a través de sus extensionistas mitigó el impacto del conflicto sobre la decisión de abandonar el cultivo”.

Por su parte, el Consorcio Modernizing Extension Advisory Services (MEAS), cofinanciado por USAID, también evaluó el año anterior el Servicio de Extensión de la FNC durante varios meses. Benjamin Mueller, profesor de la Universidad de Illinois e integrante del equipo de investigadores, destacó cuando presentó su informe final que “el Servicio de Extensión de la Federación, en comparación con otros esquemas de asistencia técnica, se encuentra entre los primeros lugares del mundo por la forma en que se atiende a más de medio millón de caficultores”. Así mismo, sostuvo que resulta destacable la especial atención a la construcción y fortalecimiento del tejido social que lidera la Federación por medio de este ejercito de paz de la caficultura colombiana.

Diferenciación y Valor Agregado: avances en una estrategia de largo plazo

Desde la perspectiva de la diferenciación y comercialización externa, es importante destacar que al cierre del año cafetero Colombia exportó un total de 10,8 millones de sacos, 23 por ciento más que el año cafetero inmediatamente anterior.

Este aumento en las ventas se ha visto fortalecido por la comercialización de cafés con valor agregado, que alcanzan actualmente al menos un tercio de las exportaciones totales y un porcentaje cercano al 60 por ciento para el caso de las exportaciones de la Federación, incluyendo las ventas de Buencafé Liofilizado de Colombia.

Cabe recordar que el gremio cafetero vendió en los últimos cinco años un total de 4,8 millones de sacos de cafés especiales, generando primas adicionales transferidas a los productores involucrados por valor de $93.835 millones de pesos. Adicionalmente, gracias a la marca Juan Valdez®, los caficultores colombianos han recibido cerca de 45 mil millones de pesos en regalías de marca como parte de la estrategia de valor agregado.

Una muestra clara del adecuado posicionamiento del país para responder a esos requerimientos de calidad y variedad exigidos por los compradores internacionales, es el desarrollo de las denominaciones de origen y de cafés especiales nacionales, todas ellas garantizando un estándar mínimo de calidad y de esta manera un adecuado etiquetado que cumple las regulaciones de propiedad intelectual en decenas de mercados alrededor del mundo.

“En la Federación somos conscientes que la comercialización del café no termina en un puerto de exportación; termina en la alacena del consumidor, con un café cuyo empaque debe respetar las normas y la reputación que hemos construido alrededor del origen Colombia”, señaló Luis Fernando Samper, Gerente de Comunicaciones y Mercadeo de la Federación.

Las mayores ventas y generación de valor en el mercado doméstico e internacional hacen parte de una estrategia de largo plazo de comercialización y posicionamiento del café colombiano en el mercado internacional, para capturar un mayor valor que el que reciben otros orígenes y especies del grano en el mundo.

Con un parque cafetero renovado, con un buen manejo integrado de plagas y enfermedades, con la aplicación de prácticas de producción y comercialización con los más altos estándares, y sobre todo, con el mejor reconocimiento por su calidad y buen sabor, Colombia se ha consolidado como el principal origen de café arábico lavado suave en el mundo.

Vale la pena recordar que las bondades de la política de diferenciación también se reflejan en las diferencias entre las cotizaciones del café suave colombiano y del café robusta, que actualmente ronda por el equivalente a 600 mil pesos por carga de café pergamino.

Recientemente y gracias al trabajo conjunto entre la Federación y Proexport, se realizó en Medellín en el marco de la feria de cafés especiales más grande de Latinoamérica, ExpoEspeciales, la primera macrorueda con cafeteros, encuentro internacional que atrajo a compradores de distintas latitudes y en el cual se lograron cerrar negocios con pequeños productores por 1,6 millones de dólares y expectativas por 10,8 millones adicionales.  Los extranjeros reiteraron su interés por el producto nacional por su alta calidad.

Comercialización en el Mercado Doméstico: El reto de transferir valor al pequeño productor

Tras obtener resultados positivos en la producción y tener la capacidad de satisfacer la demanda de compra de café arábigo suave lavado en el mundo, resulta fundamental trasladar estos beneficios a los cafeteros del país.

Diferentes estudios y diagnósticos señalan que unos de los principales retos del sector agrícola nacional son las dificultades que enfrentan los pequeños productores a la hora de vender su producción  por cuanto son extremadamente vulnerables frente al poder que tienen en el mercado los comercializadores domésticos a la hora de determinar los precios de los bienes agrícolas.

La ausencia de una demanda efectiva en el momento de la cosecha a precios de mercado confiables que reduzcan los costos de transacción de los pequeños productores es sin duda una de las prioridades del sector para fortalecer la rentabilidad y la  cadena de comercialización agrícola.

En el caso del café, gracias a la garantía de compra ejercida por la institucionalidad cafetera a través de una red compuesta por 514 puntos de compra ubicados a lo largo de la geografía cafetera, a los cafeteros colombianos se les trasfiere al menos el 95% del precio internacional de acuerdo con la consultora Landell Mills Commodity Studies.

Para lograr estos niveles de transferencia a los pequeños productores, la política de garantía de compra liderada por la FNC promueve la competencia entre los comercializadores locales y los exportadores que actúan en el mercado interno, para sí reducir los costos de transacción que enfrentan los pequeños productores, que incluyen los costos de transporte, de determinación del precio o acceso a pago de contado.

Una dato que refleja la importancia de la garantía de compra ofrecida a los cafeteros por la FNC es que el tamaño medio de una transacción de compraventa de café en el mercado doméstico es de apenas 70kilos de café pergamino, en tanto que al año se registran cerca de 800 mil transacciones por menos de 25 kilos, lo que denota la vulnerabilidad a la que estarían expuestos los cafeteros a la hora de vender su café en los pueblos, de no contar con este bien público ofrecido por la Federación.

“Nuestra estrategia es ser diferentes, no similares a otros orígenes; por ello podemos vender café a mejores precios, pero también queremos transferir ese valor”, señaló Carlos Alberto Gonzales, Gerente Comercial de la Federación. “Nosotros buscamos vender cada vez más, con mayor valor al productor, y que los demás actores del mercado nacional repliquen estos esfuerzos compitiendo”, subrayó.

Una estrategia de Largo plazo dirigida a fortalecer la competitividad del Productor

La caficultura colombiana sustenta a más de 500 mil familias campesinas, cuyo tamaño promedio de cultivo apenas supera las 1,6 hectáreas. Esta actividad genera más de 800 mil empleos directos en el sector rural y es una industria clave para el desarrollo y consolidación del tejido social del campo colombiano.

Producto de la cercanía y confianza construidas a lo largo del tiempo con un servicio de Extensión cercano a la familia cafetera, que fortalece los lazos entre las comunidades, de unos Comités de Cafeteros que son referente obligado en el desarrollo rural de las regiones cafeteras y de una democracia cafetera vigorosa en la que durante las últimas elecciones  participaron el 67,3 por ciento de los caficultores habilitados y eligieron a 4.620 representantes  a nivel nacional, los cafeteros construyen consensos y adoptan programas de beneficio común.

Las políticas de reconversión, de diferenciación y de garantía de compra se complementan para generar un mayor ingreso a las familias cafeteras colombianas. En efecto gracias a: i) La recuperación de 22% en la producción; ii) El mayor precio reconocido al café suave colombiano frente a otras especies como el café robusta, diferencia que actualmente ronda los 600 mil pesos por carga de café pergamino seco y iii) Los esquemas de transferencia de precios de mercado al productor que fortalecen su capacidad negociadora en los municipios cafeteros del país ceca de sus fincas. De esta manera se calcula que para el cierre del presente año el valor de la cosecha cafetera podría rondar los $5,5 billones de pesos, ingreso que dinamiza las economías rurales de 595 municipios del país.

“Con los buenos resultados obtenidos a lo largo del año cafetero que recién culmina, se evidencia la recuperación de la caficultura en el país y se consolida su potencial hacia el futuro. El café sigue siendo columna fundamental y motor para el crecimiento económico y desarrollo de las zonas rurales colombianas”, resaltó Luis Genaro Muñoz Ortega, Gerente General de la Federación.

Así mismo, la institucionalidad cafetera ha demostrado que no ha sido inferior a los retos que le han sido impuestos por cuenta del cambio climático y la volatilidad del mercado internacional, y que sigue siendo clave para la construcción de tejido social en las zonas rurales del país y como agente de cambio. Dichos avances al igual que los retos de la caficultura para los próximos cuatro años, serán evaluados en el próximo Congreso de Cafeteros, compuesto por los representantes elegidos por los caficultores de todo el país, que se celebrará en Diciembre del presente año.

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