El derecho a disentir
Por Eduardo Lozano M.
Creo sin temor a equivocarme que como personas y ciudadanos de este mundo, tenemos el derecho a disentir de planteamientos y teorias expuestas por otras personas, que buscan afanosamente que pensemos igual a ellas o que les respaldemos en su ideas.
Quienes tenemos como refugio estos espacios, además de observar como requisito o»condicio sine qua non» el estar muy actualizados, no perdemos la posibilidad de mirar lo que escriben otras personas en calidad de columnistas o editorialistas de periódicos.
Hace poco leí en el diario EL TIEMPO, una columna firmada por la señora Florence Thomas, en la que se va lanza en ristre, contra el programa de Caracol TV llamado LA VOZ KIDS y directamente acusa a los organizadores de presionar y manipular a los niños que en él participan, para que actúen como seres mayores, sin dejarles la opción de avanzar lentamente en su vida para disfrutar de una niñez que a mi manera de ver ya no existe. La niñez de los juegos infantiles. Hoy esa niñez está jugando en los aparatos electrónicos
La señora Florence Thomas quien merece todo mi respeto no solo por su calidad de mujer, sino por su avanzada edad, sostuvo en uno de los apartes de su columna que «La Voz Kids es un adefesio comercial que busca rentabilizar la manipulación e incentivar el sentido de competencia de unos niños y niñas que claramente cuentan con un marco jurídico que debería proteger sus derechos a una infancia sana.».. bla bla bla y se mete luego en los vericuetos del matoneo y los derechos de los niños, etc etc.
De la señora Florence lo único que sé es que es de nacionalidad francesa, que desempeña cargos internacionales muy importantes y actualmente en Colombia oficia como la Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad. Es psicóloga con Magíster en Psicología Social de la Universidad de París. Desde 1967 se encuentra vinculada a la Universidad Nacional de Colombia como profesora titular y emérita del Departamento de Psicología y desde 1985 es coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad. De su vida privada no sé, si tenga hijos o no, etc.
Lo que si advierto es que con su escrito en el diario EL TIEMPO pretende desestimular a centenares de niños que emocionados ensayan sus canciones, para demostrar su talento en una estación de Televisión. Si la señora fuera la madre de uno de esos niños que cantan, pensaría igual ?. Es decir, se iría lanza en ristre contra el sueño de uno de sus hijos que quisiera participar ?.
Su mordaz apreciación me hace pensar que la señora no tiene mucho tiempo para ver programas de televisión y analizar el daño que se le hace a los niños con otros espacios que en horarios familiares causan grave efecto.
Ayer vi la televisión durante todo el día, para poder medir y comparar. Qué podemos esperar de nuestro hijos cuando desde las 8 de la mañana hasta la medianoche la programación está basada en cursos y ejemplos crudos de cómo incursionar en el delito?.
Los únicos programas quizás que se salvan son EL MINUTO DE DIOS y el BOLETIN DEL CONSUMIDOR. De resto no hay uno solo donde los disparos, el sexo, la traición, los asaltos y asesinatos de policías, las violaciones y la droga, no hagan parte de los libretos. Todos esos programas se han convertido en escuelas para nuestros muchachos. De dónde creen que salieron las pandillas de la comunas ?. Ya olvidó la serie de PANDILLAS, GUERRA y PAZ ?
Yo la invito más bien sra Florence, para que desde su columna de EL TIEMPO inicie una cruzada de moralización de la programación en general ya que el Ministerio encargado de ponerle orden a la radio y a la televisión, nada hace. Y como siempre los perjudicados son los niños. A ellos déjelos jugar a ser cantantes y nosotros dediquémonos a obligar al ministerio de Comunicaciones para que cumpla con la ley de control a la radio y a la tv. La moralización en deber de todos.