Tres mejicanos universales Contraplano
Por:Orlando Cadavid
En los cincuenta y siete años transcurridos entre 1957 y 2014 hemos visto partir, en su orden, a los tres mejicanos más universales del mundo del espectáculo: el actor y cantante Pedro Infante, el humorista Mario Moreno, Cantinflas, y el comediante Roberto Gómez Bolaños, Chespirito.
Los duelos golpearon con dureza, en distintas épocas, al pueblo azteca que ha seguido con devoción a sus ídolos, a los que les guarda fidelidad a través del cine, la televisión, el disco y el video.
En menor escala también hubo manifestaciones de pesar, en el Méjico lindo y querido, por la desaparición de tres artistas que tuvieron algo en común por caprichos del corazón: el charro Jorge Negrete, el inspirado compositor Agustín Lara y la diva María Félix. Los dos cantantes estuvieron casados con la llamada “María Bonita, María del alma”.
En su Enciclopedia libre, Wikipedia nos ofrece una completa semblanza de Pedro Infante Cruz, quien nació en Mazatlán, Sinaloa, el 18 de noviembre de 1917, y pereció en un accidente aéreo, en Mérida, Yucatán, el 15 de abril de 1957, a los 40 años de edad.
El actor y cantante mejicano fue uno de los iconos de la Época de Oro del Cine Mejicano, así como uno de los grandes representantes de la música ranchera. A partir de 1939 apareció en más de 60 películas, y desde 1943 grabó aproximadamente 310 canciones. Por su actuación en la película Tizoc (1956), al lado de María Félix, fue acreedor al Oso de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín al mejor actor principal.
Infante fue un fanático de la aviación. Acumuló 2.989 horas de vuelo como piloto. Estaba registrado con el nombre de rol de «Capitán Cruz». Previo al accidente que le costó la vida, ya había tenido otros dos accidentes aéreos, el primero en la ciudad de Guasave, Sinaloa, donde al intentar despegar de una pista improvisada el avión no pudo ganar altura y se fue de frente contra un cultivo de maíz, de ese accidente le quedó una pequeña cicatriz a la altura de la barbilla, el segundo desplome fue cerca de Zitácuaro, Michoacán, razón por la que tuvo que implantársele una placa de platino en parte del cráneo.
Nos apoyamos en la misma enciclopedia para evocar al segundo de la singular tripleta: Mario Moreno Reyes. Cantinflas, nació en Ciudad de Méjico el 12 de agosto de 1911 y murió en la misma metrópoli el 20 de abril de 1993 de un cáncer pulmonar. Fue un actor y comediante ganador del Globo de Oro en 1956. Hizo 34 películas.
Gozó de una enorme popularidad con la interpretación de su personaje Cantinflas, un hombre salido de los barrios pobres que se originó del típico “pelado”, (algo muy semejante al inolvidable Chavo del Ocho). El personaje se asoció con parte de la identidad nacional de Méjico, sobre todo de las clases bajas, y le permitió establecer una larga y exitosa carrera cinematográfica que incluyó una participación en Hollywood.
Se dice que el estilo de salir a hacer comedia, disfrazado de «peladito», lo tomó del comediante Manuel Medel. Se ha dicho que Moreno fue el Charles Chaplin de Méjico. Sus exequias duraron tres días
Buen amigo de Colombia, país que visitó en varias oportunidades, el comediante y escritor Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, nacido en la capital mejicana, en febrero de 1929, murió el viernes 28 de noviembre de 2014, a los 85 años, en su residencia de Cancún, donde vivió en los últimos cinco debido a sus quebrantos de salud.
En sus inicios, en la televisión y el cine, fue libretista de los humoristas Viruta y Capulina y en 1968, cuando decidió emprender su carrera como actor, encarnó con gran éxito El Chavo del Ocho, el Chapulín Colorado, el Chómpiras, el doctor Chapatin, Vicente Chambón y el Chaparrón Bonaparte, entre otros personajes.
Su fama de comediante y de los divertidos caricatos que creó (La Chilindrina, Quico, Profesor Jirafales, Ñoño y el señor Barriga, don Ramón, doña Florinda, La Bruja del 71, el Botija, la Chimoltrufia, la Popis, el sargento Refugio Pazguato, Godinez y Jaimito, el cartero), traspasó fronteras, convirtiéndose en un ícono en América Latina. Sus programas llegaron a tener 350 millones de tele-espectadores en el mundo.
La apostilla: Para los sobrevivientes de la vecindad de El Chavo, en el cielo deben estar de fiesta con la llegada de Chespirito.