El Ojo del Halkón Y a la Policía quien la ronda?
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
Somos conscientes de algo, manejar instituciones tan grandes y delicadas en todos los campos como en el de la Policía es cosa seria, pero da tristeza que a pesar de que esto haya sucedido en más de una vez, la historia en vez de mejorar cada día se empeora y las cosas buenas que ha hecho esta institución se han relegado a su mínima expresión y solo figuran las malas, porque de verdad verdad son bastante malas.
Creo que en la capital pasaba lo que en provincia, en donde en nuestros municipios, la Policía era mirada con respeto y con gran autoridad, es más, a los niños se les preguntaba que iban a ser cuando grandes y muchos sin pensarlo dos veces decían que querían ser profesores, maestros y policías, ellos miraban con sus mentes pequeñas la importancia y el orgullo que sería lucir ese uniforme verde que distinguía a esos hombres que cuidaban la cuadra, el campo y sus familias.
Muchos nombres se le ha dado a la Policía, algunos despectivamente le han llamado tombos, aguacates, la poli o en medio del hampa se habla de ellos como los estorbadores, porque de todas maneras a pesar de lo que sucede se dan cuenta que no es todo el bulto de frutas el que está podrido sino algunas, pero lo peor del caso es que como decían los abuelos, si no se retira la fruta podrida esta puede acabar por corromper toda la producción.
Da pena lo que está sucediendo en los últimos años dentro de la Policía Nacional, se ha hablado de corrupción y se ha hablado que la ciudadanía ya le ha perdido la confianza y el respeto a muchos de los miembros de esta venerable institución y no sabemos si está bien o mal que algunos medios de comunicación, en especial de televisión, se dediquen a mostrar imágenes en donde han enfrentamientos entre la fuerza pública y la sociedad civil.
Me atrevería a decir que muchos no tiene conciencia de la importancia de su trabajo cuando entran a una institución como la Policía, pues hay un dicho popular, que si no se puede ser nada en la vida, se sea maestro o policía, lo que considero que está bastante errado, porque un policía debe ser consciente de su responsabilidad para cuidar la honra, vida y bienes de sus semejantes, que son quien como su palabra lo dice, deben de guardar la tranquilidad en medio de los barrios, de las comunas, de los pueblos, campos y ciudades, y no solo irse a enfrentar a los malos hinchas que van a los estadios o a los “estudiantes revoltosos” en las manifestaciones de algunos centros educativos.
Da pena los titulares de los últimos días, hablan de detención de varios miembros de la Policía que se han dedicado a delinquir y que forman parte de bandas criminales y como para rematar el asunto, nos aparece un infiltrado de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia –FARC, un traidor a la Patria, a los principios de la Policía y a él mismo. Y ahora resulta que asaltaron una estación de carabineros y se les robaron las armas y nadie sabe nada de nada y es muy peligroso lo que hace el General Palomino, Director de la Policía cuando se atreve a decir que mete las manos al fuego por sus muchachos policiales, cosa que no puede hacer ni siquiera un padre de familia por sus propios hijos.
No estoy diciendo que el General Palomino sea el responsable de lo que está sucediendo, pero lo que si es cierto es que la institución se le ha salido de las manos a quienes son responsables de poner autoridad en ella, porque son muchos los miembros de la Policía los que han resultados involucrados en atracos, paseos millonarios, tráfico de estupefacientes y asesinatos.
La ciudadanía se ha declarado con miedo por lo que está sucediendo y porque no se siente bien, porque por los hechos anteriores, la credibilidad en la Policía ha bajado en gran porcentaje, lo que hace pensar que la formación de los mismos haya perdido calidad y por eso estamos sufriendo lo que estamos sufriendo.
La Policía ha hecho muchas cosas buenas en el servicio de la comunidad y soy testigo de grandes trabajos y campañas adelantadas, pero en el trayecto de mi carrera periodística también he tenido que conocer de muchos policías corruptos que son una vergüenza para la institución y para el pueblo colombiano.
Ahora le llegó el momento más difícil al Director de la Policía, quizás uno de los hombres más carismáticos como es el General Palomino, quizá el policía más conocido en el país por la forma de estar siempre en buen contacto con los medios de comunicación, con quienes tiene excelentes relaciones, pero de verdad que se le salieron las cosas de las manos al general de marras y es el momento de hacer un verdadero revolcón dentro de la institución con investigaciones serias y exhaustivas, para detectar esas frutas podridas y sanear cuanto antes lo bueno que queda, lo mismo que tomar determinaciones serias en el momento de involucrar personal que quiera ingresar a la institución.
Sería bueno que ese puñado de personas que aun creemos en la Policía pudiéramos tener respuestas positivas cuanto antes y que esa mala fama, que la Policía siempre llega tarde cuando se necesita y que no hace nada, desapareciera totalmente.
LA infiltración de los dineros ilícitos, la compra de conciencias y muchas cosas más, son dignas de un estudio exhaustivo y confiamos que tanto el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y el director general Palomino, con la ayuda del Ministro de Defensa y de quienes correspondan tomen los correctivos urgentes para esta crisis que da más fuerza a la inseguridad que azota el país.