miércoles diciembre 18 de 2024

El acoso de los estafadores

Jorge GiraldoPor: Jorge Giraldo Acevedo

Nuevamente los habitantes de las principales ciudades colombianas están siendo víctimas del acoso de timadores mediante las modalidades de las pirámides, el «cambiazo» de billetes y por la Internet.

Aunque hay que reconocer que la mayoría de los seres humanos somos ambiciosos y hasta arriesgados, también habrá que asegurar que resulta inexplicable que en pleno Siglo XXI existan personas que se dejan “tumbar” económicamente de individuos que estafan, timan y hasta vuelven para engañar.

Es lo que acontece con las organizaciones de estafadores, mediante la modalidad de las famosas pirámides que engañan a ciudadanos incautos.

 

Estas gestiones delictivas por parte de estafadores no son nuevas en Colombia, debido a que a finales del año 1973 operó en Bogotá y otras importantes ciudades del país, la organización de timadores con el flamante nombre de “Reto a la Grandeza”, cuyos integrantes involucraban a sus víctimas para engañarlos mediante paseos a lugares turísticos.

En esa época correspondió al Abogado huilense Rómulo González Trujillo, en calidad de Superintendente de Sociedades, el cierre de operaciones de esta red de estafadores y en consecuencia se evitaron nuevos engaños.

Pero resulta que al ritmo de los ciclos económicos del país, en forma periódica, vuelven los estafadores y así también reaparecen las ilegales pirámides para el correspondiente engaño; estas organizaciones delictivas operan en forma muy similar a “Reto a la Grandeza”, de hace más de 40 años, o a la famosa “DMG.”, de hace poco tiempo.

Entonces, conocidas plenamente las formas de actuar de estos estafadores ahora nos corresponde a los ciudadanos del común ponerle el punto final a la acción delictiva de estos timadores y así desaparecerá esta modalidad de las pirámides, delito que es el más vil medio para engañar a personas ambiciosas y arriesgadas, pero indiscutiblemenante con un alto índice de ingenuidad.

En el presente tiempo se ha detectado una nueva modalidad delictiva y es conocida como el «cambiazo» de billetes. Los aeropuertos, grandes almacenes y centros comerciales, vías de las ciudades y en los diferentes servicios del trasporte público y hasta los bancos, son los sitios escogidos por los antisociales para «tumbar» a muchas personas.

Este nuevo metodo para delinquier consiste en hacer un cambio de un billete falso, de $50.000., ó $20.000., con la debida abvertencia que en el lugar, por el servicio a cancelar, no tienen cambio.

Por otra parte se están aumentando los casos delictivos de hampones cibernéticos. Este fraude, mediante el correo electrónico, se hace con un mensaje de una entidad bancaria y, en términos, casi generales, se anuncia a la presunta víctima que su cuenta ha sido suspendida o que tiene una operación pendiente; por lo anterior le piden sus datos personales o le invitan a hacer clic en un enlace adjunto.   La persona que reciba un mensaje de correo electrónico con las anteriores u otros requerimientos no debe proporcionar sus datos personales y mucho menos hacer clic.

Lo que parece como un simple mensaje de rutina de una entidad bancaria no es más que una forma para robar las credenciales bancarias y la información personal de los usuarios.

Lo más lamentable es que los hampones cibernéticos utilizan los mismos diseños o logos de presentación de las diferentes entidades bancarias que, como siempre lo han señalado, nunca realizan actualización de datos por el medio de Internet.

Como si la inseguridad en las principales ciudades colombianas solamente estuviera a cargo de ladrones, atracadores, carteristas y timadores, también está la modalidad delictiva de «la bolita»; es una práctica que se realiza desde el siglo pasado, al igual que el «paquete chileno», y uno no se explica cómo es que en pleno siglo XXI sigan cayendo personas incautas.

Estos estafadores frecuentan todo el populoso sector de San Victorino y en el centro de la capital colombiana; la situación más grave se presenta a lo largo de la calle 13, Avenida Jiménez, hasta la carrera 24, y en los sectores del barrio Restrepo; además, en la calle 72, entre carreras 11 y l4, y en algunas zonas de Chapinero.

A estos delincuentes, lo mismo que a atracadores, carteristas, ladrones y los otros timadores se les debe perseguir con miembros de la policía de civil, actuando con energía y de manera ágil, como entidad preventiva en favor de la ciudadanía en general.

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