Orden de captura contra implicados en robo de armas en Bogotá
Pese a que el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, advirtió este martes que el paro judicial ha dificultado la captura de los responsables del robo de armamento de la Estación de Carabineros, en el noroccidente de Bogotá, en las últimas horas las autoridades emitieron orden de captura contra los implicados.
Se trata de dos civiles y un uniformado de la institución, quienes –según las investigaciones iniciales de la Policía y la Fiscalía General– serían los responsables del hurto de 11 pistolas y tres fusiles por las cuales, en el marcado negro estaban pidiendo 10 millones de pesos.
De acuerdo con las autoridades, se cuentan con pruebas contundentes recopiladas por los investigadores y los operativos para dar con la captura de estas tres personas. Un fiscal especializado le solicitará a un juez de control de garantías que emita las respectivas órdenes de detención para hacerlas efectivas en las próximas horas.
“Tenemos a las personas identificadas. Creemos saber qué fue lo que pasó y avanzamos en las investigaciones”, precisó el vicefiscal General, Jorge Fernando Perdomo al dar un parte de los resultados de las indagaciones adelantadas y que permitieron recuperar el armamento el pasado lunes.
Las armas hurtadas el pasado 5 de diciembre fueron halladas en una bodega de un parqueadero ubicado en un centro comercial en la localidad de Suba, en el noroccidente de la capital de la República. Se pudo determinar que las pistolas se encontraban en maletines y los fusiles en bolsas plásticas.
Este martes se conoció que los policías que presuntamente fueron «escopolaminados» para realizar el robo fueron revisados en el Hospital de la Policía y no por el Insituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Fuentes cercanas aseguraron que nunca fueron trasladados para determinar si habían sido afectados con la sustancia alucinógena.
Tras el hurto del armamento, la Policía Metropolitana confirmó que desconocidos habían ingresado al “fortín” de la institución y hurtaron 11 pistolas y tres fusiles. Un grupo de uniformados, encargados de la protección y vigilancia del armas, fueron sometidos a pruebas de polígrafo.
Igualmente, la Policía Metropolitana y el Ministerio de Defensa anunciaron la apertura de una investigación con el fin de identificar a los autores intelectuales y materiales del robo. En ese momento no se descartó la participación de uniformados.
Según se ha podido establecer, las autoridades realizaron el análisis de las cámaras de seguridad del sector, así como la recolección de testimonios con el fin de ubicar el armamento. Este hecho fue catalogado por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, como “absurdo e inaceptable”.