Presidente Santos señala que el 2015 debe ser el año del fin del conflicto, con resultados en equidad
En su primera alocución del 2015, el presidente Juan Manuel Santos dio la orden a los negociadores en el Proceso de Paz en La Habana, para que inicien cuanto antes la discusión del siguiente punto en la agenda de diálogo relacionado con el cese bilateral al fuego.
Según manifestó, “les he dado instrucciones a los negociadores para que inicien lo más pronto posible la discusión sobre el punto del cese de fuego y hostilidades bilateral y definitivo”.
Explicó avanza el proceso de paz y mientras se logra el acuerdo final, “estamos procurando desescalar la intensidad del conflicto”.
Destacó nuevamente el cese al fuego unilateral e indefinido decretado por las FARC que “ha sido un paso en la dirección correcta y hasta ahora, tenemos que decirlo, han cumplido”.
Recordó que para discutir el tema del cese al fuego bilateral definitivo “se han venido preparando altos oficiales en servicio activo de todas las fuerzas, encabezados por el general Javier Flórez”.
El precisamente antes era el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares y hoy “es el Jefe del Comando de Transición, creado para tal fin”.
Resaltó además los avances en la agenda de negociaciones en los últimos 2 años y aseguró que “ya comenzamos a trabajar en los acuerdos sobre la forma en que se hará la dejación de armas y la reintegración a la vida civil de quienes abandonen la lucha armada”.
El mandatario aprovechó para referirse a las últimas declaraciones del ELN sobre la disposición de considerar la dejación de las armas, “esperamos concretar pronto con ellos los puntos de la agenda que nos permitan lograr ese propósito”.
Frente al tema de la paz, por último el presidente Santos le pidió a los colombianos “ser conscientes de que falta lo más difícil”, pero confía en que este mismo año se firme un acuerdo que permita poner fin al conflicto y que el 2015 sea el año de la paz.
Alocución del Presidente Juan Manuel Santos al inicio del año 2015
Queridos compatriotas:
En el mensaje de Navidad dije que el 2014 será recordado como el año en que la esperanza revivió con más fuerza en nuestro país, y que en 2015 esa esperanza se va a reflejar en resultados de equidad y paz.
¡Ese es el gran reto que TODOS –todos los colombianos– tenemos por delante!
2015 puede ser uno de los años más trascendentales en la historia de nuestro país.
En primer lugar, este puede ser el año en que termine el conflicto armado que hemos sufrido por más de medio siglo.
Muchos de nosotros –¡prácticamente todos!– no hemos conocido un solo día de verdadera paz, de verdadera tranquilidad.
Quiero agradecerles nuevamente a los colombianos su respaldo en las elecciones a nuestra labor por la paz, y la confianza que depositaron en mí para cumplir esta inaplazable tarea.
Gracias a ese respaldo, estamos cada vez más cerca de lograr que la paz sea una realidad para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Como ustedes saben, en el proceso de La Habana ya estamos discutiendo los dos últimos puntos de la agenda, que son los Derechos de las Víctimas y el Fin del Conflicto propiamente dicho.
Ya comenzamos a trabajar en los acuerdos sobre la forma en que se hará la dejación de armas y la reintegración a la vida civil de quienes abandonen la lucha armada.
Además, mientras se logra el acuerdo final, estamos procurando desescalar la intensidad del conflicto.
El cese al fuego unilateral e indefinido decretado por las FARC ha sido un paso en la dirección correcta. Y hasta ahora –tenemos que decirlo– han cumplido.
Les he dado instrucciones a los negociadores para que inicien lo más pronto posible la discusión sobre el punto del cese de fuego y hostilidades bilateral y definitivo.
Para esta discusión se han venido preparando altos oficiales en servicio activo de todas las fuerzas, encabezados –como ya se había informado– por el general Javier Flórez, quien viene de ser Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares y hoy es el Jefe del Comando de Transición, creado para tal fin.
También son positivas las declaraciones del ELN sobre su disposición de considerar la dejación de las armas. Esperamos concretar pronto con ellos los puntos de la agenda que nos permitan lograr ese propósito.
Pero tenemos que ser conscientes de que falta lo más difícil.
Nos espera un año complejo, un camino arduo… pero todos tenemos la esperanza de que –con voluntad y seriedad– vamos a lograr el objetivo: una Colombia sin conflicto que avance en la consolidación de la paz.
Una paz que –por primera vez en 50 años– es realmente posible.
Por eso ahora, más que nunca, necesitamos unirnos alrededor de la paz.
Porque la paz no es de Juan Manuel Santos, ni de este Gobierno. La paz es DE TODOS LOS COLOMBIANOS. La paz es PARA TODOS LOS COLOMBIANOS.
El mundo nos observa con optimismo; nuestros hijos nos miran con ilusión, confiados en que seremos capaces –como nación– de dar el salto a un futuro nuevo, distinto, sin guerra…
¡No podemos fallarles! ¡No vamos a permitir que la violencia se perpetúe!
Quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi solidaridad con el pueblo francés y con las familias de quienes fueron asesinados por fundamentalistas en los trágicos hechos de la semana pasada. Los valientes periodistas y los valientes policías.
Francia nos ha dado una lección. Ante el uso de una violencia arbitraria y brutal contra sus ciudadanos, la respuesta ha sido: unidad. Con marchas masivas en las calles el pueblo francés en toda su diversidad ha dicho NO a la violencia, SI a la unidad.
Y los colombianos también nos tenemos que unir para decir: no más violencia, queremos la paz.
Vamos a ser nosotros –los colombianos del 2015– los que marquemos un nuevo destino –un destino mejor y más grande– a nuestro maravilloso país, a este país que tanto queremos.
Y no hablo solamente del conflicto, porque la paz es mucho más.
La paz la estamos construyendo YA, con acciones concretas de equidad y de seguridad, desde las diferentes regiones del país y con un manejo de nuestra economía cada vez más responsable.
En 2015 nos espera más trabajo y más compromiso, porque tenemos mucho, muchísimo por hacer y porque tenemos la manera de hacerlo.
En cuatro años creamos cerca de 3 millones de empleos, pero todavía hay 2 millones de compatriotas sin trabajo.
Hemos sacado de la pobreza a 3 millones 600 mil personas, pero todavía muchos viven en condiciones difíciles… casi uno de cada tres colombianos.
Seguimos trabajando para que tengan una vida digna y oportunidades que les permitan ver el futuro con esperanza.
Por ellos, sobre todo por ellos –por los que aún no tienen trabajo y por los que sufren la pobreza– seguiremos impulsando el crecimiento económico, el emprendimiento empresarial, y las grandes obras de infraestructura y vivienda que hoy jalonan nuestra economía.
Este 2015 será también el año del campo.
Este año –al igual que el pasado– destinaremos un presupuesto histórico para mejorar la calidad de vida de nuestros campesinos, así como su acceso a la tierra y a recursos para cultivarla.
Comenzaremos a realizar los proyectos que se presentaron en cada departamento y municipio en el Pacto Nacional por el Agro, y a implementar las recomendaciones de la Misión Rural para tener un campo más competitivo y productivo para todos.
Enfrentar el difícil entorno internacional constituye otro gran reto para 2015.
La caida del precio del petroleo nos pega duro. Tendremos menos ingresos.
Nos tocará apretarnos el cinturón pero, gracias al manejo prudente que venimos dando a nuestras finanzas, esperamos que no haya grandes sobresaltos y que –a pesar de las tormentas, del chikunguña y del fenómeno de El Niño– seamos otra vez una de las economías que más crece en la región.
Eso sí, sin dejar de estar conscientes de que se avecinan tiempos difíciles a nivel mundial y de que no podremos mantenernos ajenos a las dificultades que afrontan ya otros países.
Por eso necesitamos construir más, producir más y consumir más nuestros productos. Para estar en mejores condiciones para salir adelante.
Colombia entera estará en obra este año… Vamos a seguir construyendo autopistas, carreteras, mejorando aeropuertos y puertos, recuperando el Magdalena, y edificando viviendas y más viviendas para todos los colombianos.
Y vamos a profundizar el trabajo por la seguridad.
Tenemos delitos– como el homicidio– en sus índices más bajos de los últimos 30 años… Pero sabemos que la seguridad en las calles, en los comercios, en las casas, sigue siendo una gran preocupación de la ciudadanía.
Por eso trabajaré –trabajaremos con la fuerza pública- sin descanso para que los colombianos se sientan cada vez más tranquilos.
Continuaremos con acciones concretas y efectivas de choque para luchar contra los mayores delitos en las ciudades, como las que pusimos en marcha en las últimas semanas del año pasado; aumentaremos el pie de fuerza; pondremos más cámaras de seguridad, y buscaremos el apoyo de los ciudadanos para que denuncien y nos ayuden en esta lucha contra el delito.
Y seguiremos –con más resultados y más oportunidades para todos– implementando y fortaleciendo programas de equidad social en educación, en vivienda, en salud, en servicios públicos, en acceso a la tecnología…
En 2015 otros miles de jóvenes talentosos podrán cumplir su sueño de estudiar en las mejores universidades. Y otras cientos de miles de familias podrán acceder gratis –o con tasas subsidiadas– a una vivienda digna.
Nuestra tarea este año –la tarea de todos– es la más desafiante que podamos tener: consolidar la paz, y continuar haciendo de Colombia un lugar cada vez mejor y más justo.
Colombianos:
Tenemos por delante un año de intenso trabajo y de muchos desafíos, pero también de grandes expectativas. ¡Y los resultados dependen de nosotros!
El año 2015 será recordado como uno de los más cruciales en nuestra historia.
Será exitoso si avanzamos unidos, si creemos en nosotros, si creemos en las inmensas posibilidades de nuestra nación.
Nelson Mandela, ese hombre símbolo de la paz, dijo alguna vez: “Podemos escoger vivir en un mundo definido no por nuestras diferencias, sino por nuestras esperanzas comunes”.
Yo escojo vivir en un país definido por nuestras esperanzas comunes, y sé que la mayoría de ustedes también.
Por eso los invito, colombianos, a que hagamos de nuestra diversidad –de razas, de culturas, de credos, de opiniones– una oportunidad; a que fomentemos la tolerancia y debatamos con espíritu constructivo; a que dejemos de lado los odios y las diferencias irreconciliables, y hagamos de este 2015 el año de la reconciliación.
Los invito a que trabajemos juntos, con optimismo y con tesón, por una Colombia mejor… por ese NUEVO PAÍS que queremos y podemos ser:
UN PAÍS EN PAZ, CON MÁS EQUIDAD Y MEJOR EDUCADO.
Buenas noches.