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Santos le recuerda a Ordóñez que él es el Jefe de Estado y responsable supremo de los asuntos de la paz y del conflicto

29 enero, 2015 Política

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Mediante una carta fechada el día de hoy, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, le recordó al Procurador Nacional, Alejandro Ordóñez, que es el jefe de Estado quien es el responsable supremo de los asuntos de la paz y del conflicto, y lo invitó a reunirse y discutir en profundidad los conceptos equivocados que según Santos tiene el jefe del ente de control.

El siguiente es el texto de la carta respuesta:

Bogotá, D.C., 29 de enero de 2015

Señor

ALEJANDRO ORDÓÑEZ MALDONADO

Procurador General de la Nación

Bogotá

Estimado Procurador,

En respuesta a su comunicación del 27 de enero del presente año, quiero hacer claridad sobre algunos puntos que usted menciona y que se prestan a equívocos, en un momento definitivo del proceso de paz.

En primer término, ratifico que en la Mesa de Conversaciones en La Habana, ni se ha negociado, ni se va a negociar, la estructura y la conducción de las fuerzas armadas. Esta ha sido una posición invariable del Gobierno. En París señalé que en materia de seguridad rural podíamos examinar experiencias diversas, entre ellas la Gendarmería francesa. Ante una pregunta de un periodista sobre la posibilidad de incorporar desmovilizados a una eventual policía rural, señalé que no había pensado en ello y agregué que no lo descartaba.   El único significado de esta frase fue manifestar que los colombianos debemos pensar en el futuro con mente abierta. Nada de esto sugiere que el gobierno haya cambiado de opinión. Su reacción, pues, resulta inmotivada, apresurada y carente de fundamento.

Lo que sí es obvio es que hay una preocupación de los colombianos por la seguridad. Y, en caso de la firma de un Acuerdo, el compromiso del Gobierno es que la paz debe contribuir a fortalecer la seguridad tanto en el campo como en las ciudades. Y así será. Es nuestro deber constitucional. Sin conflicto podremos además refocalizar la acción de las Fuerzas Armadas y dispondremos de mayores recursos y mayor número de unidades para mejorar la protección de cada uno de los colombianos.

Esa protección se debe extender, por supuesto, a quienes habitan en los territorios más afectados por el conflicto y también a quienes dejen las armas y tomen el camino de la democracia. Sin seguridad en los territorios no habrá paz. Por eso las garantías de seguridad son un punto de la agenda del Acuerdo General de 2012.

En ese contexto, es natural que el Gobierno considere fortalecer   las capacidades de la Policía en zonas rurales, en particular de los Carabineros. Nadie ha considerado, ni mucho menos propuesto, “una nueva policía rural”. La Policía Nacional ha sido el pilar fundamental de la seguridad ciudadana y lo será con más razón en un escenario de paz. Lo lógico entonces es fortalecerla.

Ese nuevo escenario requerirá evidentemente   que hagamos los ajustes necesarios a nuestras capacidades y a nuestra manera de operar. No podemos enfrentar los retos del futuro con las herramientas del pasado.

En segundo lugar, está el tema de la reincorporación de las FARC a la vida civil. Esta materia no ha sido abordada en la mesa de conversaciones. Exigirá, sin duda, una discusión amplia con los representantes de las FARC, pero también corresponde al gobierno oír y evaluar las opiniones de los sectores interesados, de expertos y de la sociedad en general.

Lo que sí sé es que, si queremos la paz, tenemos que cambiar de mentalidad. Por eso me alegra también que usted acoja la idea de un Pacto por la Paz y la Equidad como el que propuse en 2013 y reiteré en mi discurso de posesión el pasado mes de agosto: “Colombia necesita un nuevo pacto social que tome lo mejor de lo que hemos conocido como la izquierda o la derecha para construir un país próspero y con equidad”.

En mi condición de Jefe de Estado y responsable supremo -se lo quiero recordar- de los asuntos de la paz y del conflicto, lo invito a reunirnos en los próximos días para discutir en profundidad los temas que le he planteado y hacer claridad sobre otros conceptos equivocados que usted señala en su misiva y en su comunicado, que espero -por el bien de la patria- hayan sido emitidos de buena fe.

Lo convoco, señor Procurador, a que se una a ese nuevo pacto que debemos hacer entre todos los colombianos. Usted y yo pertenecemos a una generación que no ha conocido un día de paz. Nuestros hijos no nos perdonarían que echáramos al traste esta oportunidad.

Con serenidad, con respeto, pero sobre todo con sindéresis, le envío un cordial saludo,

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