Venezuela es el páis que más cayó en la clasificación mundial de la libertad de prensa
Venezuela protagonizó la principal caída en la clasificación mundial de la libertad de prensa de 2014 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), publicada este viernes y marcada por un deterioro generalizado en el continente de las condiciones de los periodistas para ejercer su trabajo.
Los países escandinavos siguen ocupando las primeras posiciones en la clasificación de RSF, mientras que Eritrea, Corea del Norte, Turkmenistán y Siria cierran de nuevo la lista. Con 21 puestos perdidos, Venezuela se sitúa en la plaza 137 del mundo y supone una de las mayores degradaciones a lo largo del año, aunque se mantiene por encima de México (148) y Cuba (169), el peor país latinoamericano de una clasificación con 180 Estados.
La responsable para América de RSF, Claire San Filippo, declaró a Efe que 2014 fue “un año negro” para la libertad de prensa en Venezuela. En particular, destacó las agresiones sufridas por los periodistas que cubrían manifestaciones, pero también mencionó las amenazas y detenciones arbitrarias de muchos de ellos por las fuerzas del orden.
“La Guardia Nacional Bolivariana disparó a periodistas en las manifestaciones aunque estuvieran claramente identificados como tales”, denunció RSF. Las trabas al trabajo periodístico en las manifestaciones también se detectaron en Brasil con motivo de las protestas contra el Mundial de fútbol, y en Argentina en marchas policiales que pedían un aumento salarial.
Pero la principal lacra del continente en 2014 fue la incidencia del crimen organizado en la libertad de prensa, registrado en México, Honduras, Colombia, Guatemala, Brasil o Paraguay. Agresiones, amenazas, secuestros, presiones y, sobre todo, asesinatos han creado un clima hostil al trabajo periodístico en determinadas regiones del continente, según el informe.
En el caso colombiano (128 en el listado), “el respeto a la libertad de información continúa empeorando y trabajar como periodista sigue siendo muy peligroso”. La clasificación se basa en siete indicadores: el nivel de los abusos contra la libertad de prensa, el pluralismo, la independencia de los medios, el entorno y la autocensura, el marco legal, la transparencia y las infraestructuras.
A ello se suma una impunidad “casi total” de estas acciones que “presuponen una connivencia entre las autoridades y el crimen organizado” y que llevan a los medios a autocensurarse, según RSF. También denunció trabas a la libertad de informar ocultas bajo la apelación “falaz” a la seguridad nacional.
Bajo ese epígrafe incluyó la intercepción por parte de los servicios de inteligencia militar colombianos de correos intercambiados entre periodistas y negociadores de la guerrilla de las FARC en el contexto de las negociaciones de La Habana.
Algo similar sucedió, según el informe, en Costa Rica cuando el diario “Extra” denunció una escucha masiva de las llamadas de sus reporteros. La organización señaló que en el continente americano se mantiene una gran concentración mediática que no contribuye al pluralismo informativo y que tiene su principal exponente en Cuba, donde consideró que “no hay prensa libre”.
En la isla el acceso a internet sigue siendo restringido y controlado y se ha intensificado el acoso a los blogueros con detenciones de corta duración, según RSF. Además, el trabajo de los reporteros en América Latina pelea con frecuencia con la polarización creciente entre medios pro y antigubernamentales, un fenómeno que avanza en Ecuador, Venezuela, Argentina o Bolivia, según el informe.
RSF indicó que México volvió a ser el país de América Latina más mortífero para los periodistas, con tres asesinatos ligados a esa profesión.
EFE