miércoles diciembre 18 de 2024

A VUELAPLUMA

23 marzo, 2015 Opinión

Augusto León Restrepo RamírezPor Augusto León Restrepo

Manizales, 23 de Marzo_ RAM_ Cartagena, por ésta época, goza de un envidiable clima. Y ambiente. La brisa nos acompaña en los desplazamientos por las avenidas hacia los diversos teatros en que se desarrolla la quincuágesima quinta edición de su Festival de Cine, que recibe a centenares de estudiantes que tienen que ver con las comunicaciones y con lo visual, que en desbordados afanes tratan de asistir al mayor número de proyecciones, cortos, documentales, retrospectivas y homenajes que se le rinden a figuras destacadas de la cinematografía, muchas de ellas presentes. Llenos completos en las salas y en los eventos académicos como los conversatorios alrededor de Gabriel García Márquez, cuyos vínculos con el cine como narrativa y como arte son bien conocidos.Dicho sea de paso, a Gabo le fue muy mal con las adaptaciones que se hicieron de sus obras literarias para el celuloide, que recibieron duros comentarios por parte de la crítica y que han pasado casi todos al olvido.

Las presentaciones son gratuitas. » Garras de Oro «, se presentó en la Iglesia de San Pedro Claver en las horas de la noche. Como yo soy un lego, no tenía la menor idea de que se trataba. Y ¡ oh sorpresa !. Es una película muda colombiana de 1926 , que estuvo perdida durante muchos años y que logró restaurarse para unos 60 minutos de proyección. Versa sobre la pérdida de Panamá ( noviembre de 1903 ) con el apoyo y colaboración de los gringos y el argumento, si es que lo tiene, muestra los esfuerzos de unos norteamericanos y colombianos que defienden nuestros intereses y se oponen a los de los Estados Unidos, con los fallidos resultados por todos conocidos. Originalísima su presentación: a la usanza de los tiempos, los años 20, antes del cine parlante, en que la trama iba acompañada por música en vivo, en este caso una obra del compositor colombiano Juan Pablo Carreño alrededor del poema » Acuarimántima » de Porfirio Barba Jacob , y no es por tirárnoslas de mucho pero así rezó el programa oficial, » del primer recitativo de la cantata Was gott tut, das ist wholgetan i, BWV 98 de Johann Sebastian Bach » , música interpretada por un conjunto de Cámara . Una experiencia excepcional.

Al cine lo he tomado como una distracción, o sea que no como cuento ni me disfrazo de intelectual, con mirada lejana y casi siempre triste, como lo hacía cuando era fiel espectador del Festival de Teatro de Manizales. No me quedo a los foros ni discuto sobre mensajes subliminales ni sobre si la película es mamerta o refleja los pecados de la burguesía. Yo soy cineista, o sea aficionado al cinemátografo, por oposición al cineasta que es el Director de las películas o aquellos que que tienen el cine como profesión o industria. O son espectadores críticos o críticos de revistas y periódicos. Tampoco hago proselitismo o derrotismo sobre las pelis que selecciono e incluso, para que me fusilen los puristas, me niego a leer información alguna antes de ingresar a las salas. Siento una especial fruición al enfrentarme a las sorpresas que me pueden ofrecer las pantallas con sus historias, sus actores, su música. Escojo, por intuición, lo que creo que debo ver. Y por lo regular, me pego unas equivocadas de la madona. Termino en unos bodrios que me permiten dormir como un infante. Se preguntarán entonces que hace semejante individuo en un Festival . La respuesta es simple: divertirse. Y aplaudir, reconocer y agradecer la contribución de los organizadores del festival cartagenero para que muchísima gente, gente joven en especial, vaya a soñar durante ocho días a una ciudad feérica , se meta en los entretelones de los cinemas y le de pábulo a la vocación de actores, directores y narradores que todos llevamos dentro .

Me encontré con unos filmes de recordación que en su momento causaron escandaleras de orden mayor, como Jules y Jim, del Director Francois Truffaut, de 1.961, que propone con una envidiable limpidez, la posibilidad de que un trío sentimental – integrado por dos hombres y una mujer – pueda sobreponerse con éxito a los altibajos femeninos basados en el amor o a los masculinos fundamentados en la sexualidad, con sus asedios e infidelidades. Y me topé con una atrevida propuesta argumental de una ópera prima de los Directores de República Dominicana Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas , » Dólares de Arena » , en la que una preciosa y joven morena cambia sus afectos por dinero de los turistas de las playas dominicanas, y que ofrece su cuerpo para una relación lesbiana a una francesa bastante entrada en años, la osada y trágica Geraldine Chaplin. Una dolorosa historia de amor y soledad en la senectud, de un apabullante abandono y una   afrentosa desesperanza .

En fin: películas y mas películas, documentales, cine bajo las estrellas, en los sectores populares, en las plazas, conversaciones hasta el alba, ron y tabaco, a ratos playa, gastronomía de todos los precios y sabores , hacen del Festival de Cine de Cartagena una obligada cita anual para los sentidos y para la vida.

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