El proceso de paz con el M-19 cambió la democracia colombiana: Rafael Pardo
El exministro Rafael Pardo fue en su momento Consejero Presidencial para la Paz en el Gobierno de Virgilio Barco. Estuvo al frente del dialogo con la guerrilla del M-19 después de que este grupo protagonizara un baño de sangre y de episodios tan dolorosos para la historia colombiana como el holocausto del Palacio de Justicia.
Según Pardo, la herencia más grande de ese proceso de paz fue la terminación del bipartidismo en Colombia y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas nacidas de la desmovilización y apoyadas masivamente por una población que respaldó la firma de la paz y se comprometió con el cambio, a pesar de la ola de violencia que intentó acabar con quienes pensaban diferente.
25 años después de dicha experiencia, Pardo dialoga con Caracol Radio y relata cómo sintió que su trabajo de conseguir esa firma de la paz se había ido al traste después del atentado a Antonio Navarro Wolff y el asesinato de quien fuera el jefe máximo del M-19 y luego candidato presidencial, Carlos Pizarro León-Gómez.
“Ese proceso muchas veces fue frágil, incluso después de la firma. Cuando asesinaron a Carlos Pizarro pensamos que el M-19 iba a volver a las armas, actualmente en este proceso eso es un riesgo y tenemos que tomar todas las precauciones para que no sucedan y seguramente no serán necesarias o suficientes pero la paz conlleva riesgos que hay que tomar si se quiere llegar a buen puerto”, añadió.
En su concepto, el tránsito de esa guerrilla de las armas a la política fue exitoso porque su discurso se ajustaba a la realidad nacional, y no a las reivindicaciones históricas del conflicto. En ese sentido su recomendación a las Farc es precisamente esa, cambiar su retórica basada en la expiación de culpas y no reconocimiento de su barbarie, por un lenguaje más cercano a la realidad actual del país.
“Quienes se desmovilizaron tenían claro que su retórica y su discurso tenían que estar sintonizados con la población y la gente lo recompensó con votos, ellos lograron el 30 por ciento de la constituyente y fue por su discurso ya no basado en reivindicaciones arcaicas o violentas sino centrado en las transformaciones que el país reclamaba en ese momento… Yo creo que eso es lo que deben hacer las Farc si quieren hacer un tránsito exitoso en la democracia”, comentó.
Sobre el tema más complejo de esta negociación de paz que abarca la justicia transicional y la dejación de armas, Pardo recordó que fue expedito con el M-19, a través de la internacional socialista, una organización que se encargó de recoger las armas, verificarlas y acompañar su destrucción en una siderúrgica de Cali.
“Eso ya está inventado; aquí lo importante, más allá de que si se dejan o se entregan, es que se inutilicen las armas, ya sea destruyéndolas, entregándolas a una organización internacional o arrojándolas al mar. Es un paso fundamental que hay que dar si se quiere que haya paz; de lo contrario el proceso sería inocuo”, dijo Pardo.
Señaló que la experiencia como negociador fue muy compleja y en su caso muy enriquecedora porque tuvo éxito. Sin embargo, reconoció que a pesar de los deseos y de las ideas de los negociadores, el contexto político y orden público son determinantes en estos procesos donde la polarización puede generar mucho daño.