Siguiendo los pasos de Gaitán
– El 9 de Abril de 1948 fue el día trágico por excelencia. La víctima: Jorge Eliecer Gaitán, el más popular, el más querido, el más representativo de los políticos de la época. Con Gabriel Turbay fueron candidatos liberales a la Presidencia de la República en 1946 y perdieron ante el conservador Mariano Ospina Pérez. Turbay murió en París y en 1947 Gaitán recibió la aclamación de sus copartidarios que lo eligieron Jefe único de la colectividad roja. Era ídolo sin par de los irredentos y la única esperanza de los desposeídos, de los que reclamaban una vida digna para todos los colombianos.
Eran días aciagos en los que liberales y conservadores chocaban violentamente, con la sectaria participación de muchas autoridades que tomaron partido en la refriega. Gaitán con su oratoria portentosa denunciaba la violencia, los abusos oficiales, la inmoralidad administrativa y la lastimosa situación de los pobres. Las masas enardecidas lo seguían ciegamente. Sin ninguna duda sería elegido como próximo Presidente.
Lo asesinaron al medio día cuando salía de su oficina a celebrar con un almuerzo el último de sus éxitos judiciales, porque además Gaitán era un brillante penalista. El pueblo se levantó herido, con rabia, llorando a su defensor y jefe, y sin conducción, sin diques, destruyó todo lo que encontró a su paso. Bogotá fue incendiada y saqueada y centenares de personas murieron en sangrientos enfrentamientos. Nunca más Colombia volvió a ser la misma. En los siguientes 8 años murieron violentamente 300.000 compatriotas.
El Frente Nacional que se creó para acabar la conflagración partidista no impidió que pasados 7 años nacieran las Farc y el Eln. Medio siglo después tratamos de ponerle fin al conflicto que surgió en 1964, por el cual han muerto 500.000 personas más. Por eso hay quienes dicen que ese 9 de Abril fue el día en el que se jodió Colombia.
Gaitán fue el revolucionario de su tiempo, sin armas, sin secuestros, sin mutilaciones ni muertos. El Partido Liberal bajo su jefatura lo interpretaba y anhelaba reformas que pusieran fin a la discriminación y el desamparo. Gaitán sabía que nunca se darían si no había cambios profundos en los manejos económicos. Por eso castigaba con sus latigazos verbales a las oligarquías liberales y conservadoras.
Los liberales recordamos a Gaitán, su lucha, sus ideas, sus anhelos de cambio, su sentida búsqueda de la paz, su cruento asesinato con el que quisieron callarlo y detener sus ideas. Hoy, con violencia, con exclusiones, con inicuas desigualdades, sin nunca haber alcanzado sus ideales democráticos, los colombianos con expectativas democráticas y sociales, las conciencias liberales y especialmente los miembros del Partido Liberal debemos propugnar por esos ideales y contribuir a que el país vuelva a la normalidad en todos los órdenes.
El sábado el Partido Liberal de Bogotá realizó su Colegio Electoral y bajo la coordinación de la senadora Vivián Morales rindió homenaje a Gaitán. Fue un momento de emoción y de compromiso. Ojalá seamos capaces de cumplirlo.