Rigoberto Urán ha tenido un remate de carrera como hubiera querido empezar: sólido, fuerte, determinado e inteligente para leer los momentos de cada etapa. Sin embargo, esta edición del Giro le pintó un panorama distinto. Y aunque lo más prudente hubiera sido dejar de lado la carretera pensando en la salud, la decisión del antioqueño fue seguir dando la batalla demostrando que el tiempo en la general es relativo respecto a su enorme calidad y profesionalismo.

“He terminado bien, desafortunadamente no empecé este Giro de la mejor manera, pero yo creo que esta es la situación y no me voy a lamentar”, dijo el antioqueño de 28 años, luchador incansable que en las últimas fracciones mostró su valía peleando en el lote de punta junto a Contador, Aru, Landa, Hesjedal y Kruijswijk.

“Se intentaba buscar una etapa, lo hemos intentado los últimos tres días… la verdad es que sí he estado muy cerca, pero cerca no vale”, afirmó el líder del Etixx Quick Step, afectado en las primeras semanas por problemas respiratorios, que llegaron a poner en duda su continuidad en la ‘corsa rosa’. No se fue. Siguió y en el remate sacó la casta con la que conquistó dos subcampeonatos consecutivos.

En el exigente Colle delle Finestre, con siete kilómetros de terreno destapado, impuso su paso y sobre el final de la fracción intentó neutralizar el ataque de Fabio Aru. Lo consiguió en el primer intento. En el segundo, sus piernas ya se habían agotado. “Estaba bastante bien, Aru se había quedado en el otro puerto y viendo la situación pensaba que podía ganar, pero a falta de dos kilómetros salió y demostró que estaba muy fuerte y fue imposible seguirle su rueda”, aseguró Urán, quien aprovechó el momento para devolver el respaldo incondicional de los aficionados que siempre lo impulsaron para no desfallecer en el intento.

“Lo bonito es que la gente siempre está conmigo o adelante o atrás. Eso es lo que más me gusta. La verdad quiero agradecerles a todos. Será en otra ocasión, lo más importante es que siempre hay que intentarlo”, concluyó.