Duro golpe al campo
Olvidémonos de los aspectos de dentro y fuera. Los agricultores de todas las partes del mundo son en el fondo los mismos agricultores. Digamos que la llave de la paz se encuentra cerca de la tierra.Masanobu Fukuoka
Por: Lorena Rubiano Fajardo
Aterradora noticia para nosotros los campesinos: el consumo de productos agrícolas extranjeros llega al 27% y durante los primeros cuatro meses del año subió 1,9% el ingreso de productos importados, convirtiéndose uno de los factores de la canasta familiar de mayor crecimiento.
El Dane prendió las alarmas en el país al revelar que entre enero y abril las importaciones de productos agropecuarios, alimentos y bebidas aumentaron 1,9% y llegaron a US$2.120 millones cuando el país puede ser una de las despensas del mundo.
Los TLC, los firmaron, sin que nuestros productores campesinos, estuvieran preparados. Lo que generará gravísimas consecuencias. O ayudan al agro colombiano, tecnificándolo apoyándolo en la comercialización y exportando o vamos a sucumbir.
Y el problema cada día es más complejo, por ejemplo los cañicultores no tenemos incentivos, ni para mejorar la producción, abrir mercados o aumentar el consumo y los precios de nuestra panela son irrisorios
Los cafeteros pasan las duras y las maduras, los lecheros, los paperos en fin todo el sector porque no hay una verdadera política agropecuaria. De solo pañitos de agua tibia no se consolida el agro. Debe crearse una gran mesa de concertación y presentar el 20 de julio al congreso una profunda reforma agraria, apoyada por todos los partidos, con incentivos y programas para retomar la vocación agrícola del país.
Nuestros campos se están quedando sin jóvenes que lo trabajen, atraídos por una falsa expectativa citadina, que solamente les permite aumentar los cordones de miseria en las grandes ciudades. Colombia con un 32 % de población campesina y 22 millones de hectáreas con vocación agrícola y de las cuales solo utilizamos entre cinco y seis millones, ha sido y deberá seguir siendo agrícola.
No me cabe en la cabeza que estemos importando maíz, papa, frutas, legumbres, plátanos, café, aguacates, arroz entre otros. Los campesinos debemos estar integrados a todos los procesos de desarrollo, a que se escuchen nuestros conceptos y nuestras propuestas y que se nos permita seguir viviendo en el campo, pero en un campo con servicios, vivienda digna, educación y una producción orientada a la comercialización internacional.
Los colombianos debemos tener una alimentación balanceada, nutritiva sana, sin transgénicos, orgánica producida en completa armonía con el medio ambiente.