El túnel del tiempo
Sobre el papel la propuesta es muy atractiva. Es de las Farc y a ella se sumaron partidos y movimientos políticos como el Polo Democrático y la Marcha Patriótica, ONG, promotores de derechos humanos y líderes de opinión de diferentes tendencias.
Se trata del “cese al fuego bilateral”. Consiste en que guerrilleros y soldados dejen de matarse mientras avanzan las negociaciones en La Habana. De hecho desde diciembre, cuando las Farc decretaron un “cese al fuego unilateral” y el gobierno suspendió el bombardeo de campamentos guerrilleros, hubo una prueba ácida que terminó en mayo cuando las Farc masacraron a 11 soldados en Buenos Aires, Cauca y el gobierno reactivó la ofensiva.
El regreso de la guerra, sus muertos y sus horrores a la radio, la televisión y los titulares de prensa revivió la propuesta. Especialmente porque los países garantes del proceso de paz la pusieron sobre la mesa y el presidente, Juan Manuel Santos, empeñado en salvar el proceso a cual precio ya envió señales de que terminará aceptándolo.
Como el anuncio oficial de la decisión es sólo cuestión de tiempo y oportunidad es importante formular unas preguntas, que espero el gobierno y las Farc respondan con sinceridad y oportunidad antes de lanzarse a la aventura y advertir sobre las consecuencias que sin duda traerá sobre el proceso de paz.
¿El cese el fuego bilateral implicará la concentración de tropas en unas áreas claramente delimitadas? ¿Lo que pase dentro de esas zonas con la población civil, que seguramente la habrá, como ocurrió en el Caguán, será responsabilidad de las Farc o del Estado? ¿Quién ejercerá gobierno, autoridad y justicia dentro de esas zonas? ¿Cuántas zonas, si las hay, se necesitarán para concentrar a todos los guerrilleros en las Farc? ¿En dónde estarán ubicadas? ¿Una o varias de esas áreas integrarán el corredor estratégico de las Farc para sacar droga e ingresar armas y pertrechos sin que el ejército y la policía puedan intervenir? ¿Quién o quienes verificarán que eso no ocurra?
El procurador Alejandro Ordoñez, uno de los pocos opositores que le quedan al cese el fuego bilateral advierte: “En el año 1984 cuando se estableció la suspensión bilateral, lo que se logró fue el fortalecimiento de las Farc con un incremento del 500% en las filas de la guerrilla.” Y no le falta razón, en la última edición del noticiero de las Farc en YouTube que reporta desde campamentos guerrilleros en Colombia es evidente la modernización del armamento y dotación de la “guerrillerada” como se autodenominan incluidas boinas nuevas con la bandera de Cuba y la Cara del Ché Guevara como emblemas.
Decretar el cese el fuego bilateral será entregarle la agenda del proceso de paz a las Farc. Entrar en su túnel del tiempo. La debilidad de los gobiernos siempre ha sido el manejo del tiempo. Los gobiernos tienen fecha de vencimiento, la guerrilla no. Si además, les concede una zona de confort el Presidente estará renunciando a su sueño de firma la paz porque la negociación entrará en la dimensión desconocida.