Falta del Metro bogotano es una grosería para el país
Por: Jorge Giraldo Acevedo
_ La falta del sistema Metro para el transporte en Bogotá es una grave grosería que está afectando a todos los habitantes de este país pero, más aún, a los bogotanos. Es el peor caso, desde el punto de vista de administración, por parte de numerosos alcaldes y representa una grave muestra de descortesía, falta grande de atención y hasta de respeto.
Está plenamente demostrado documentalmente y por informes periodísticos en todos los medios de comunicación que en 1942, el alcalde Carlos Sanz de Santamaría propuso la construcción de un metro; en esa época Bogotá estaba habitada tan sólo por unas 500 mil personas. Ahora la población está estimada en cerca de 9 millones.
Entonces, qué descortesía, el sistema Metro para Bogotá y el resto de colombianos es una idea que ya cumplió 73 años, y su construcción es para “ya”, debido a que es la obra más estudiada del mundo. Por concesión, mediante aportes de la Nación y la administración de Bogotá, como sea, la construcción del sistema Metro para el transporte en la capital de Colombia, debe ser una obra prioritaria y ojalá se haga mediante el sistema elevado con el buen ejemplo de Panamá, cuya primera línea se hizo en tres años.
No cabe ninguna duda de que la construcción del Metro bogotano sería mejor por el sistema elevado primordialmente por su costo debido a que el subterráneo, desde el punto de vista económico, vale 3 ó 4 veces más y su construcción demoraría mucho menos. Además, con el sistema elevado no se causarían mayores problemas en la movilidad bogotana.
El Metro para Bogotá debe ser una obra para realizarse inmediatamente y no admite más estudios de factibilidad, propuestas nacionales y extranjeras, ni acuerdos financieros debido a que el día 28 de junio del año 2010 el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez y el alcalde, Samuel Moreno Rojas, suscribieron el correspondiente acuerdo financiero. De este trascendental hecho se van a cumplir ya cinco años. La obra del Metro bogotano, además de ser la más estudiada del mundo, ha sido la que más propuestas para su construcción ha tenido.
A manera de ejemplos, todos los colombianos sabemos que Medellín tiene el sistema Metro desde hace más de 19 años y como si fuera poco la ciudad de Panamá, con una población cercana a cuatro millones de habitantes, también cuenta desde hace más de un año con la primera fase de esta importante obra para la movilidad de sus habitantes; igualmente este servicio de transporte lo tienen, entre otras ciudades, México, Madrid, Buenos Aires, Santiago, Caracas y Lima.
Lo más lamentable es que ya se han perdido 73 años de progreso en materia de movilidad para los habitantes de la capital colombiana. Esas dilaciones para la construcción del sistema de transporte mediante la modalidad del Metro, en definitiva son algo supremamente insólito que podría clasificarse entre los múltiples casos del mundo macondiano al que estamos tan familiarizados los colombianos.
Para comprobar lo anterior, transcribimos a continuación lo que publicó el periódico “El Tiempo”, en su edición del día sábado 18 de mayo de 2013, en su sección “hace 25 años”: “Miércoles 18 de mayo de 1988, ASÍ SERÁ EL METRO DE BOGOTÁ. Impresionante vista aérea será la que tendrán los bogotanos desde los trenes del metro, cuando éste entre en funcionamiento en 1992, siempre y cuando se concrete la propuesta hecha por Italia, país que ofreció comprar 300 millones de dólares a Colombia en nuevos productos, de resultar finalmente elegido en las negociaciones. Los vagones serán similares a los que hay en Washington (EE.UU.).”
Es absurdo entonces que se continúe posponiendo tan trascendental proyecto de transporte masivo urbano debido a que, sin lugar a equívocos, es una obra prioritaria, de sumo interés social, además de que su ejecución es un clamor popular de la ciudadanía, no solo de la capital sino de todo el país.