Niñez: Verdad Vs Aspiración
Por Carlos Alberto Baena López
La Constitución del 91 resalta que son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, entre muchos otros. Estas previsiones no solo están escritas en el papel, sino que se convierten en un tema prioritario para la sociedad colombiana.
Sin embargo, el país aún cuenta con cifras escalofriantes en esta materia. Según Medicina Legal, cada hora una niña es víctima de abuso sexual en Colombia, 17.660 casos de violencia sexual con menores, fueron reportados según el ICBF hasta diciembre del año pasado y en lo que va de 2015, han muerto ya más de 70 niños por desnutrición. Por otra parte, según UNICEF, en Colombia 3 de cada 10 niños viven en la pobreza.
Sin embargo, más allá de las cifras y los indicadores, subyace una invitación al país: a reaccionar, a tomar conciencia de que la situación nacional de los niños y niñas colombianos no es la mejor. Y que por el contrario a lo que muchos piensan, es tan latente y tan palpable, que pide a gritos una pronta solución.
Entre tanto, ¿qué se ha hecho? El Movimiento Político MIRA, desde muy temprano en su agenda programática, incorporó la protección de todos los niños y niñas, como un fundamento social, humano y democrático.
Desde hace 15 años, ha concentrado sus esfuerzos en la lucha por los derechos de la infancia en Colombia, con campañas de sensibilización como “Cuídame soy Frágil” lideradas por nuestra bancada en el país, o la puesta en marcha de las tres leyes de autoría del Movimiento, que propenden el castigo ejemplar a agresores sexuales (Ley 1236 de 2008); la prevención de violencia sexual contra niñas y niños (Ley 1146 de 2007); y el aumento de penas por promoción de pornografía infantil (Ley 1329 de 2009).
Además, MIRA ha promovido la protección de sus derechos no sólo a favor de la vida, sino igualmente de la educación integral, salud, alimentación, vivienda, recreación y desarrollo de ambientes psicoafectivos adecuados. También ha estado en contra de todo tipo de violencia, explotación o descuido.
Es cierto que a pesar de todo, la realidad no es la mejor, y ella contrasta con la aspiración de un presente mejor. Por eso, el trabajo a este respecto no puede parar, sino que debe seguir buscando los objetivos que ya se ha trazado, por el bien común.