El Ojo del Halkón Podemos hacer política y ser civilizados
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
_ A mediados de semana tuvimos la oportunidad de ver un debate un poco largo, pero agradable, de esos debates que me hicieron recordar a las épocas doradas cuando en el Congreso de la República se debatían temas de interés nacional y a pesar de los momentos difíciles que se vivían, se respetaba a los contendientes políticos.
Por momentos tuvimos la oportunidad de ver en el debate convocado para hablar sobre el proceso de paz a un grupo de congresistas y a los representantes del Gobierno con los deseos de demostrar sus capacidades políticas y de decir a los cuatro vientos que no son un grupo de niños pequeños remilgados, sino gente madura que conocen de lo que se habla y de lo que se trata un debate como el que se hacía en esos momentos.
Creo que como yo, un buen grupo de colombianos estuvo muy contento de ver lúcido, sincero, amigable y conciliador al expresidente Álvaro Uribe Vélez y ahí recordaba lo que decía en una de las columnas anteriormente de cómo era o como debería de ser el verdadero Álvaro Uribe que necesita el país.
Ya que el exmandatario se atrevió a regresar al Congreso debía de darse cuenta de puntos bastante importantes, como son de que tiene voz además de voto, que se le respeta y que se le tiene en cuenta sus opiniones, a lo que debía de sacarle provecho si es que de verdad quiere trabajar por el bien de la patria, como él mismo dice.
Vimos cosas muy agradables, gente exponiendo ideas y haciendo respetar sus conceptos y opiniones, pero principalmente respetando la opinión de los demás y aunque algunos dijeron que se les había interpretado de manera diferente, se puede decir que el nuevo Presidente del Congreso, el payanes Velasco empezó con el pie derecho y es así como se llegó a un gran acuerdo de continuar el debate el próximo martes y hasta cuando sea necesario y estamos seguros que estará para alquilar balcones, pero que las localidades estarán agotadas sin importar hasta que hora de la noche se adelante el anunciado debate.
La paz es necesaria y a pesar de que nuestra generación está más que acostumbrada a vivir en medio de la guerra, son muchos más lo que esperan poder vivir aunque sea unos segundos de una verdadera paz y convivencia.
El presidente Santos es un gran jugador de cartas y por algo no está dejando ninguna carta bajo la manga, por lo menos eso es lo que se cree, pero está apostando su capital político a conseguir la paz para el país por encima de todo y de quien se le oponga; pero vuelvo y repito, para que haya amor, para que haya un acuerdo, para que haya un arreglo y para que todos estén contentos se necesita de los dos, es decir de las dos partes y en estas conversaciones hay que ver cómo responde las FARC, ahora que el Presidente comienza a darles casi todo y digo esto porque horas antes de escribir esta columna el primer Mandatario de los colombianos ordenó de nuevo a sus tropas militares no atacar los campamentos de las FARC, a pesar de que se dice extraoficialmente estos han incumplido en el cese unilateral que se inició el pasado 20 de julio.
Se que es un momento difícil, tanto para la legislatura que acaba de iniciarse como para el mismo proceso de paz, por los comicios electorales del 25 de octubre en el que los colombianos elegiremos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles y digo que es difícil porque la pelea se ha iniciado de manera desleal desde el momento en que se comenzaron a dar los avales políticos y los enfrentamientos no se hicieron esperar, lo que quiere decir que esta será una campaña bastante difícil a pesar de lo corta, en la que esperamos no estén en primer lugar los grupos al margen de la ley y los politiqueros de turno, porque todas las regiones de Colombia necesitan de trabajos serios para sacar a los departamentos, a las regiones y a los municipios de las crisis que se han presentado por la falta de trabajo y por las divisiones sociales, de género y de racismo que se han fomentado en los últimos años.
Estamos en medio de una guerra sin cuartel, la inseguridad es dura y se necesita de gobernantes sinceros que no busquen el bien propio sino que traten de recuperar lo que se ha perdido y dar cumplimiento a lo que ha hablado el presidente Santos con relación a dar buena educación, cuidar a los niños y a los ancianos y hacer un país vivible en donde la agricultura sea la base de la economía y donde se respete el pago de los tributos, evitando el contrabando que se ha vuelto casi más peligroso que el mismo narcotráfico.
Podemos hacer política, dejar de un lado la politiquería, dejar de hablar de las cosas negativas de los demás y reconocer sus logros y si se da ejemplo por parte de los honorables padres de la patria podemos estar seguro que en lo menos pensado llegará esa base fundamental para alcanzar la paz.
Aquí nadie tiene la razón y todo el mundo la tiene, pero debemos de ser maduros en las determinaciones que tomamos para que logremos ese descanso material y espiritual que tanto necesita el país y no debemos de olvidar que la base de todo eso que deseamos es el hogar y los centros educativos.
Nota: Nairo Quintana no ganó el Tour de Francia, quedó segundo, pero es un segundo lugar ccon sabor a victoria, por el gran esfuerzo del boyacense que pudo haberse equivocado en una o dos etapas, pero que demostró estar hecho de esa madera fina de los boyacenses de bien y de los colombianos que de verdad saben hacer patria.
Y si se habla de esos embajadores que saben hacer patria, hay que hablar de la delegación colombiana que estuvo en los Juegos Panamericanos y que cuando escribo faltando unas horas para que el evento hemisférico termine ya había sobrepasado la meta de medallas para que se había trabajado y en donde se demostró que Colombia tiene unos verdaderos embajadores en sus deportistas de todas las disciplinas.