miércoles julio 17 de 2024

¡Saquen las alpargatas, porque lo que viene es puro joropo!

Germán Cepeda Giraldo
Por Germán Cepeda Giraldo
La anterior frase popular bien podría aplicarse al Proceso de Paz colombiano que se adelanta en la isla caribeña de Cuba.

23 de sept. de 2015 será una fecha para recordar; porque en la ciudad de La Habana, los colombianos fuimos notificados por el presidente, Juan Manuel Santos, de un significativo acuerdo sobre justicia, antesala exitosa (según el Gobierno) al Proceso de Paz que se adelanta allí, con el grupo insurgente de las Farc-EP.

Pues, resulta que, voceros de ese grupo guerrillero, expresaron categóricamente que no pagarían ni un solo día de cárcel.
A propósito, uno de los negociadores del Gobierno, dijo que: » …si a un guerrillero que lleva en el monte 20 o más años de lucha, el Gobierno le ofrece la cárcel o la extradición, pues se queda allá en la selva otros 20 o 40 años más…».
Sin embargo, para unos, amigos (los que están a favor) y otros, opositores (aquellos que abogan porque haya paz, pero sin impunidad dentro del Proceso de Paz); el llamado acuerdo satisface a unos, y presenta serias dudas para otros.
El Comandante del Ejército anuncia, con bombos y platillos, una reestructuración doctrinaria en sus filas.
Previniendo lo que se viene: el Presidente Santos ofrece sus militares a la ONU para que sirvan en los Cuerpos de Paz; como un buen gesto del posconflicto.
Los guerrilleros que piensan dejar las armas y ven a sus «jefes» descansando en Cuba y preparándose para viajar a Colombia, en calidad de políticos, valoran mejor su decisión.
El Fiscal anuncia, en un reconocido noticiero nacional, posible imputación de cargos para un expresidente de la República y un candidato a la Alcaldía de Bogotá.
Los demás colombianos, expectantes, esperamos el anuncio de nuevos comunicados entre los negociadores del Gobierno y los fascinerosos de la guerrilla.
Y, en el entretanto, colombianos y venezolanos sufren las consecuencias de decisiones equivocadas por parte del presidente Maduro, y asisten, en total condición de orfandad, al paso fronterizo, sin que ninguna autoridad en Colombia proteste.
En fin preparemos nuestros oídos porque la música que tendremos que escuchar, será la misma de siempre.
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