domingo julio 21 de 2024

Con apoyo de Minjusticia, doce jóvenes caleños se graduaron del proceso tras el cual dejaron la heroína

03 septiembre, 2015 Generales, Salud

Cali (Valle del Cauca),, 03 de Septiembre_ RAM_  Como respuesta al alto consumo de heroína y otras sustancias psicoactivas en los barrios El Calvario, San Pascual, Sucre, San Judas, Santa Rosa y el centro de Cali, el Ministerio de Justicia, con la financiación de la Unión Europea, el apoyo de UNODC y la ejecución de Fundar Colombia, dio inicio a un proyecto que ofrece alternativas farmacéuticas a 33 personas para superar la adicción.

En este proceso de rehabilitación, que implica la sustitución progresiva de la heroína por metadona, se realizan también intervenciones de terapia cognitiva y conductual, logoterapia, entrevistas motivacionales y manejo de stress postraumático, a personas que han sido adictas por más de 7 años.

La iniciativa, denominada Programa piloto para la creación de un Centro de Tratamiento de Bajo Umbral – Reducción del Daño para usuarios de heroína y otras sustancias psicoactivas en Santiago de Cali y municipios aledaños, está diseñada para tratar a personas en situación de pobreza extrema y que tengan conductas delincuenciales.

«Queremos enfrentar el problema de las drogas no con un enfoque punitivo sino con un enfoque de integración social. Lo que importa es el individuo, la salud pública y la prevención», aseguró Javier Flórez Henao, Director de Política de lucha contra las Drogas, del Ministerio de Justicia, durante la graduación de 12 jóvenes que culminaron su proceso de rehabilitación.

El alto funcionario  destacó también la importancia de implementar programas para reducir los daños y frenar la escalada de problemáticas asociadas al consumo. “Hemos identificado casos en la ciudad de Pereira donde 62 personas comparten una misma jeringa y eso reproduce enfermedades como VIH o hepatitis”, aseguró Javier Flórez.

En el Centro de Tratamiento de Bajo Umbral – Reducción del Daño es prioritaria la atención de mujeres, adolescentes, menores no escolarizados, habitantes de calle, consumidores de heroína, usuarios de drogas inyectadas y otras personas en situación de vulnerabilidad. También impacta indirectamente a unas 500 personas de Cali y municipios aledaños, que se ven beneficiadas por algunas de las estrategias para la prevención del consumo.

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