Interpretaciones
Por: Ricardo Galán
Pasada la euforia por la presentación del acuerdo sobre justicia transicional empiezan las interpretaciones y con ellas los problemas para el gobierno y las FARC.
Según el gobierno el acuerdo habrá concentración y control de las tropas de las FARC una vez suscritos los acuerdos de paz. Según las FARC, en un comunicado sacado entre gallos y medianoche, no es cierto. Ahí no se habla de concentración ni confinamiento de tropas.
Según las FARC los civiles, aún los no combatientes, podrán ser juzgados por el nuevo tribunal de justicia. Según el gobierno eso no es así. El acuerdo no está diseñado para echar empresarios y expresidentes a la cárcel. Pero el Fiscal da a entender que no sólo está diseñado para eso, sino que lo anuncia con nombre propio: para mandar a la cárcel a Álvaro Uribe.
El acuerdo no es definitivo, dice el gobierno. Requiere precisiones adicionales. No es cierto, dicen las Farc. Lo escrito, escrito está. Así es y así se queda. Si lo quieren cambiar, advierten, también cambiará la fecha de la paz. Para el Gobierno nada está acordado, hasta que todo esté acordado.
Y así. Timochenko hace su propia interpretación del acuerdo y la reproduce su agencia de noticias ANNCOL, hay que mandar a la cárcel a medio país porque las víctimas del conflicto son las Farc. Pero no aceptan que el gobierno haga sus propias interpretaciones tratando de conseguir apoyo ciudadano para lo que se firme en La Habana.
Para las Farc el anuncio de hace una semana no fue una puesta en escena para impresionar a la galería. Se trató de la entrega solemne de un documento que compromete a las partes. “Que no venga nadie a estas horas de la historia de la reconciliación patria a empañar con caprichos infortunados el camino que resta para culminar un proceso que solo debe estar revestido por la gloria. Hay que honrar la palabra, hay que honrar la palabra.”
Mientras sus negociadores discuten, los únicos que parecen estar de acuerdo son Juan Manuel Santos y Timochenko. El Presidente por lo menos ya anda por el mundo buscándoles trabajo a los soldados que no tendrán nada que hacer cuando las Farc entreguen las armas. Ya se comprometió a enviar 5 mil hombres para los cascos azules de las Naciones Unidas.