Muere Carmen Balcells, la agente literaria del boom latinoamericano
Carmen Balcells, la agente literaria en lengua española más importante del siglo XX y lo que va de XXI, murió a los 85 años en la ciudad de Barcelona, reportan medios españoles.
A Balcells, que tuvo un papel capital en la literatura en español, se le atribuyen dos enormes logros: profesionalizar el mundo editorial y ser la impulsora del boom latinoamericano.
Entre los autores a los que representó hay seis premios Nobel, entre ellos Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Pablo Neruda.
Pero lista de grandes autores cobijados por Balcells, apodada La Mamá Grande por un relato de García Márquez, es larga: Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Alfredo Bryce Echenique, Eduardo Mendoza…
Balcells nació en una familia de propietarios rurales en Lleida (Cataluña) y a los 24 años llegó a Barcelona con su familia.
Allí trabajo como secretaria hasta que acabó en las oficinas de un agente literario rumano llamado Vintila Horia.
Montó su propio despacho a finales de la década en 1950, con España inmersa en el franquismo, y comenzó gestionando los derechos de traducción de autores extranjeros.
Pionera
Pero Balcells acabó repensando la profesión: entendió que, como agente literaria, su trabajo debía ser el de representar a los autores frente a los editores, y poner a los primeros en el centro del negocio.
Balcells revolucionó el mundo de la literatura
«Con Balcells los escritores se convirtieron en el lado fuerte del trato y los editores, en los que tenían que pujar», escribe Luis Alemany en el obituario que publica el diario español El Mundo.
Fue Balcells la que le consiguió su primer editor a Gabriel García Márquez.
En las décadas de 1960 y 1970, Balcells se convirtió en un vínculo clave entre España, América Latina y el resto del mundo.
En su agencia consiguió que éxitos de ventas y talento fueran de la mano.
Recientemente, Balcells se había asociado con Andrew Lloyd para construir una de las agencias literarias más importantes del mundo.
Para algunos, la hacedora del boom literario. Para otros, una negociante con demasiadas aspiraciones. Explosiva, variable, comprensiva, madre y amiga, enemiga en tiempos de distancia, apostadora y visionaria, logró reunir bajo su firma y sus condiciones a inmortales como García Márquez, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, y se fue transformando en más que una agente. “Ángel tutelar”, la definía José Donoso. En los últimos 80 le sumó a su lista el nombre de Isabel Allende, la escritora que más dividendos le dejó. Jamás ocultó que el dinero era su bien supremo, sobre todo porque le podía dar libertad, y la libertad la necesitaba para leer, al menos, 20 páginas memorables que, en sus palabras, “te pueden cambiar la vida”.
Carmen Balcells nació en Santa Fe de Dalt, un pueblo de la provincia de Lérida (noreste), el 9 de agosto de 1930 en el seno de una familia de propietarios rurales, estudió en un colegio de monjas teresianas y, más tarde se graduó en Comercio.
Empezó a trabajar de secretaria en una oficina de Barcelona, a finales de los años cuarenta, y nada la relacionaba con el mundo de la literatura, si bien el poeta leridano Jaume Ferran la puso en contacto en 1955 con personalidades de este ámbito, como los hermanos Ferrater, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Juan Goytisolo y Josep Maria Castellet.
De este modo, empezó a trabajar en la agencia literaria ACER, propiedad del escritor rumano exiliado Vintila Horia y que representaba a autores extranjeros en España.
Esta situación duró hasta que Vintila Horia ganó el Premio Goncourt, en 1960, y decidió vender la agencia y trasladarse a París, por lo que Balcells se hizo cargo de sus representados y se estableció por su cuenta.
Desde la creación, en 1960, de la Agencia Literaria Carmen Balcells, la firma gestionó más de 50.000 contratos, siendo Luis Goytisolo el primer autor español que representó.
Algunos de ‘sus’ escritores, como García Márquez, Juan Marsé o Juan Carlos Onetti le dedicaron novelas, y otros como Max Aub o Manuel Vázquez Montalbán la convirtieron en personaje de sus obras.
Balcells también fundó en 1981 la agencia RBA de servicios editoriales, junto a Ricardo Rodrigo y el editor Roberto Altarriba, si bien la abandonó cuando sus socios pasaron a convertirse en directivos en Planeta-De Agostini y considerar que su posición en la editorial era incompatible con su condición de agente literaria.
Carmen Balcells anunció en mayo de 2000 su retirada, aunque en 2008 volvió a hacerse cargo de la agencia, que había perdido esos años a algunos escritores importantes. A finales de 2013, Balcells eligió al joven gestor cultural Guillem d’Efak para que la sustituyera al frente de la agencia.
En el año 2010, la agente vendió por tres millones de euros su codiciado archivo al Estado español, con lo que correspondencia privada, borradores, primeras ediciones, fotografías y bibliografías completas de autores esenciales en lengua española pasaron a formar parte del patrimonio público.
En mayo de 2014, la agencia Carmen Balcells y el estadounidense Andrew Wylie, el agente más influyentes del mundo en lengua inglesa, anunciaron la fusión de sus dos compañías para crear una agencia internacional denominada «Balcells & Wylie», un proceso que no ha llegado a concretarse.
Balcells recibió en mayo de 1997 el premio Orquídea 96 que concede el grupo ‘Sudacas Reunidas’, de mujeres latinoamericanas y españolas que quieren impulsar los lazos entre España e Iberoamérica.
El rey Juan Carlos le entregó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en mayo del 2000, y también recibió en 2004 la Medalla del Gobierno de Chile con otras personalidades del mundo de las Letras, y en 2006 el Premio Montblanc a la Mujer.
«Personalidad de referencia en los últimos 50 años en la narrativa de lengua castellana, contribuyendo a su expansión y reconocimiento, descubriendo nuevos valores y consolidando carreras literarias, entre los que figuran varios premios Cervantes y Nobel», según consta en el acta del jurado del Premio Montblanc.
De Balcells, un periódico como ‘Le Monde’ dejó escrito que es «astuta como una campesina y generosa como una madre de familia» y gran defensora de sus autores.
En 2005 fue nombrada doctora ‘Honoris causa’ por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y un año después la Generalitat de Cataluña le concedió la Cruz de Sant Jordi, que recibió del entonces presidente catalán Pasqual Maragall.