martes agosto 6 de 2024

A VUELAPLUMA

24 octubre, 2015 Política

Augusto León Restrepo Ramírez

 Por: Augusto León Restrepo

Gracias a una amable corresponsal que escucha La Hora de la Verdad de Fernando Londoño Hoyos y a Julio Sánchez Cristo en la Doble W, oí en diferido, con la atención que merecen, las opiniones de un ex presidente de la República en las que descalifica de  manera rotunda la creación del Tribunal de Justicia Transicional, que se encargará de juzgar a los actores de uno y otro bando que caigan bajo su jurisdicción, una vez se haya firmado y ratificado el acuerdo que pondrá fin al conflicto armado en Colombia.  Muy asustador lo expresado por el ex dignatario, en un salpicón de críticas al » congresito » y al Tribunal, bajo el pretexto de defender la Constitución y la justicia colombianas con Al Qaeda, Obama y Guantánamo, Tolemaida y niñas violadas como incomprensible música de fondo. Asustadoras pero mal sustentadas y la mala leche que destilan. La mala leche es colindante con la mala fe y a veces se confunde con ella. Unas veces  es fruto de intenciones torcidas, que en el caso del Dr. Pastrana me niego a considerar, y otras de la ignorancia,  de la falta de información, desde luego imperdonables en un ex presidente.  Así por encimita, se le puede ilustrar al Dr. Pastrana, que con el Tribunal no se está tirando por la ventana a la descaecida justicia colombiana. Este cuerpo judicial nace, » precisamente»,  si se ratifica su creación, como fórmula  jurídica  para Colombia, sin antecedentes, original, adecuada, para manejar y tratar de solucionar » circunstancias extraordinarias”. Y cito a Semana, en un artículo de su última edición, The Game of Thrones o Juego de Tronos: » El argumento de que se está creando una justicia que transitoriamente reemplaza a la ordinaria, es válido. Pero tiene que ser así porque los mecanismos ordinarios no sirven para manejar  circunstancias extraordinarias. Y no hay nada más extraordinario que acabar con una guerra de medio siglo a la que no se le puede aplicar la justicia tradicional. «.

Esto dice la Revista en lo referente al reportaje concedido por Pastrana a Julito en la Doble W. Que a mí, con mi habitual respeto por sus admiradores y a quienes lo consideran un Estadista, me produjo dentera, grima, desazón. Pero además, por sus desavenencias con el proceso de La Habana, Pastrana renunció, mediante carta, a la Comisión Asesora de Paz, con argumentos semejantes y otros más. Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo salieron al quite, se extrañaron  del  nivel de desinformación que exhiben las intervenciones públicas del jefe conservador y le puntualizaron y resolvieron algunos de sus interrogantes alrededor del Tribunal transitorio. Y Semana le aplica a Pastrana unas picantes banderillas en relación con su carta, que no resisto la tentación de transcribir: » El argumento del narcotráfico y de la entrega del país a las Farc es impactante pero Pastrana no tiene autoridad para esgrimirlo. Cuando él aparecía en televisión conversando amigablemente con Tirofijo en El Caguán, ¿acaso no sabía que la guerrilla se financiaba con el narcotráfico?  Y si lo sabía, ¿pensaba entonces que Tirofijo  después de firmar la paz se iba a dejar encarcelar y extraditar como narcotraficante con Alfonso Cano y el Mono Jojoy ? Y en cuanto a la entrega del país a las Farc, el antecedente de los 42.000 kilómetros cuadrados despejados en el Caguán corresponde más a esa descripción que lo que está sucediendo ahora” .  Más claro, el agua.

Y como estamos a tres días de las elecciones, déjenme expresarles que el Consejo Nacional Electoral por hacer bonito, hizo feo. Sus pronunciamientos sobre la llamada trashumancia electoral, de común usanza en algunas regiones del país más que en otras, produjeron caos, desconcierto y desgano. Y hasta risa.  Un país político con tan alto grado de abstención y de desidia para ir a las urnas, hoy se encuentra desestimulado por la falta de tino y de experticia en la toma de las decisiones  relacionadas con anulaciones de inscripciones de cédulas, que condujeron a que se sospechen conductas anómalas  en algunos de sus Magistrados, en favorecimiento  de quienes patrocinaron sus designaciones como tales. Tal el caso del municipio de Viterbo, donde se dice que hubo manos poderosas, casi negras, en la cancelación de  numerosísimas inscripciones, con errores garrafales  y protuberantes  que pueden enturbiar los resultados electorales.

Y un comentario al desgaire: pequeñísimo esfuerzo, casi que ninguno,  el que tuvieron que hacer los candidatos a la gobernación de Caldas para presentar soluciones a los graves problemas que afectan al departamento. Los problemas son los mismos que existen desde hace cuatro años, cuando fue electo el inhabilitado Guido Echeverri, quien ejerció su mandato a plenitud durante 22 meses y fue reemplazado por Julián Gutiérrez para el resto del período, cuatrenio de absoluta y beatífica quietud administrativa. Y a propósito del inhabilitado Guido: si las urnas le son favorables, preparémonos los caldenses para otras elecciones de mitaca. El candidato de la U exhibe unas inhabilidades políticas y legales tan grandes como el Nevado y la Catedral juntos. Pero él y sus padrinos se pusieron irresponsables orejeras y anteojeras, cuya consecuencia recaerá, impunemente, en el flaco y castigado presupuesto público. Con estos antecedentes, cualquier inhábil  puede aspirar a ser gobernador.

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