jueves julio 18 de 2024

Dejo el fútbol

24 octubre, 2015 Fútbol, Fútbol Nacional

esteban-jaramillo2

 Por Esteban Jaramillo Osorio

 He sido despedido de manera fulminante. Se me ha comunicado mi invalidez, con los riesgos extremos si persisto en seguir detrás de la pelota. La maldita rodilla no aguantó. La rotula se desgastó, se jodió el cartílago y luego colapsó, cirugía de por medio.

Aplace la decisión por años, huyendo, como si la vida dependiera de este momento. No se cómo me afectará, si llegará o no el hastió, si las nostalgias me atropellaran  por el camino. No quiero hacerme el interesante, pero alguna parte de mi cuerpo o de mi alma se ha marchado. Hoy entiendo mejor a los futbolistas en retiro, en su “día después”, cuando la pelota empieza a ser solo recuerdos. Ellos si saben lo que es el ruido de los estadios.

Fui, como tantos, protagonista  de potrero. De escenarios donde el sudor se multiplica porque no se manipulan las emociones y se juega sin trampas.

Tuve uno que otro salto de calidad con esporádicas jornadas arrebatadoras, era gambeteador intrascendente, pasador medular prolijo, distribuía la pelota con claridad, pero nunca clasifique como aspirante serio para competir  en las alturas. No daba para tanto. El fútbol me impuso unos límites que fui incapaz de rebasar, porque,  creo, fue más extenso el repertorio  burlesco que aporte, sin llegar al extremo de un paquete o un tronco. De paso, nunca jugué con el overol puesto y me daba aires de Burgues en el campo.

En la hora de los balances sé que he amado  la pelota, con tal pasión, que  es motivo vital de mi existencia. El fútbol: mi vida. El fútbol en canchas  de barrio donde las ilusiones son tantas. Lejos del  negocio, de manipulaciones, de componendas. Por ahí tengo en el recuerdo un gol olímpico hecho con la derecha, algunos títulos y muchos amigos. Nunca cabecee, falle muchos penaltis y ni de fundas me alinee como portero. La estatura no me daba.

Me voy del fútbol activo amigos. Me quedan la lengua y el cerebro para desarrollar mi pasión critica, tratando de hacer con ellos tantas cosas que la naturaleza me negó cuando calce los botines y busque una relación íntima con la pelota.

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