El Ojo del Halkón De las carreras solo queda el cansancio
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
Esta frase la escuché más de una vez cuando era niño y mis mayores hacían mucho énfasis en la importancia de la misma para rematar con otra frase “es mejor despacito y con buena letra”, y eso sería lo mejor para recomendarle al Gobierno y al presidente Santos a quien vemos muy alegre y me voy a atrever a citar otra frase que decían los campesinos de mi pueblo “está más contento que boba estrenando calzones”, porque los gobiernos de diferentes naciones del mundo y una buena parte del pueblo colombiano lo han respaldado en el proceso de paz y las conversaciones que adelanta con la guerrilla de las FARC en La Habana.
Otros recomiendan que no se debe hablar cuando se está bravo u ofendido porque puede arrepentirse y mucho menos tomar decisiones en momentos alegres porque las cosas pueden salir mal, porque podemos ofrecer hasta lo que no tenemos y luego nos vamos a arrepentir, y lo anterior lo digo porque las conversaciones en mención han salido tan bien hasta el momento, o por lo menos eso se puede ver desde lo lejos, que tanto el Gobierno como las FARC han tomado una decisión tan delicada como la del cese unilateral al fuego, para lo que el ciudadano de a pie que es más sabio que cualquiera se hace la pregunta de que si están bien las cosas y es el momento de tomar una determinación de tan grande envergadura.
Aprendí también que cuando las cosas se ven tan positivamente hay que tomarlas con cuidado y a pesar de los respaldos ya mencionados y las de los generales de las diferentes armas, sería bueno que se analizara primero fríamente lo que se ha negociado hasta el momento en La Habana y que el pueblo colombiano no conoce todavía, para ver si el terreno ya está abonado para un despeje así digan que no es el terreno donde se va a albergar a todos los desmovilizados mientras que se firma definitivamente el acuerdo de paz.
Los despejes nos han dejado un gran sinsabor porque en años atrás, los alzados en armas han aprovechado esos espacios para rearmarse y tomar fuerza para continuar delinquiendo, lo que no quiere decir que estemos pensando que eso pueda suceder en esta ocasión cuando estamos creyendo, no con la fe del carbonero pero si como hombres y mujeres que deseamos la paz y lo mejor para el país, porque nos hacemos la pregunta de qué puede pasar en un país tan rico como el nuestro en el momento en que ya la violencia que nos ha atormentado por más de sesenta años sea desterrada y todos nos pongamos a producir con el deseo de sacar al país adelante.
Somos conscientes que con la firma de la paz no se termina los problemas porque tenemos que erradicar las bandas criminales, el delito común, el delito callejero, el analfabetismo, la pobreza y la desigualdad, cosas que se ven a primera vista y principalmente cuando venimos de una época de violencia y de narcotráfico, cuando los jóvenes aprendieron a tener todo de manera fácil por medio del delito o la prostitución.
Todo no es malo y todo no es bueno, porque nos damos cuenta que a pesar de la situación que estamos viviendo y de que hayamos bajado en la lucha por erradicar el desempleo, las cosas tienden a mejorar, porque si debemos de decir la verdad, que el empleo formal trata de estancarse ante el informal por lo que anotaba anteriormente, por lo que la gente prefiere ganar un buen dinero ya y no estable mediante un trabajo que les depare un futuro.
Hace pensar que el Gobierno Santos ha dedicado mucho tiempo a hablar y hacer cosas por el proceso de paz y ha olvidado otros sectores, entre ellos el de la economía que ha estado resentida últimamente y la parte social, aunque se dice que son coletazos de la crisis que sufre el mundo actualmente, aunque Colombia es uno de los países más estables en este momento en América Latina en este campo; no se puede cuando se gobierna, descuidar ningún sector porque las cosas se pueden desbaratar de un momento al otro y después no van a servir lamentaciones ni disculpas por lo sucedido.
A pesar de los ataques al sector de la educación nos damos cuenta que los jóvenes que libran una gran batalla en medio de un mundo convulsionado, en su mayoría están haciendo las cosas bien y en algunos sectores de la ciudad capital y otros de las regiones encontramos excelentes resultados a los exámenes que ha hecho el Estado, hasta el punto que el Presidente ha salido a decir que su gobierno está dispuesto a colaborar a los más pilos, es decir, a los más estudiosos para que alcancen cupos en las mejores universidades del país. Punto que se le abona
No se deben jugar las cartas a un solo tema, y esto lo sabe el señor presidente Santos, como buen jugador de póker, hay que trabajar para buscar la paz pero no se deben descuidar otros sectores que necesitan del apoyo y del interés de todos.
Parece que estoy recordando hoy muchas de las miles cosas que me enseñaron cuando era niño y una de ellas era respetar a los demás para que me respetaran y esto lo digo porque sentí un frio penetrante al ver la sección 1, 2, 3 del noticiero CM& cuando en uno de sus puntos hablaron de la descortesía del gobierno capitalino presidido por Gustavo Petro con el nuevo mandatario de los bogotanos Enrique Peñalosa quien caballerosamente solicitó informes de diferentes aspectos de la administración para tener una base para el empalme e iniciar su administración, pues la gente de Petro le respondió secamente diciéndole que si quería saber algo al respecto lo podía buscar en internet, que ahí estaba todo publicado.
Esto da mucho para pensar: que las cosas andan manga por hombro o que están muy mal, porque si estuvieran bien, se hubiera contestado el cuestionario que no era tan largo pues era solo 10 preguntas básicas e indispensables para saber que tiene la Capital Colombiana y que se debe hacer en adelante. Así no son las cosas, peleándonos contra el mundo y contra todo lo que se nos atraviese, porque bien dice el dicho: “lo cortés no quita lo valiente” y “la decencia no pelea con nadie”.