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Murió don Olimpo López, creador del Chocoramo

16 octubre, 2015 Económicas, Variedades

Don Olimpo, el inventor del Chocoramo3

 Ramo está de luto pero también los colombianos, falleció a los 97 años el creador de uno de los productos más consumidos en el país.

El señor Olimpo López, pastelero de productos Ramo, murió este viernes 16 de octubre a los 97 años.

Oriundo de Jericó, Boyacá, López también creó el famoso Gansito y el ponqué Gala, aunque es el Chocoramo su firma más representativa en la tradicional compañía.

«Se ingenió la receta del bizcocho Ramo cubierto de chocolate que cinco años después, por iniciativa de Rafael Molano jr, lo pusieron en el mercado con el nombre de Chocoramo», compartió el portal.

«La fórmula de Chocoramo es el secreto mejor guardado de la empresa. Dicen que esta reposa en una caja de seguridad en Estados Unidos», agrega también Las 2 Orillas, a propósito del producto que seguramente conocen todos y cada uno de los colombianos.

 A continuación el comunicado oficial de Ramo al respecto de esta lamentable noticia:

Don Olimpo, el creador del Chocorramo

«La Familia Ramo se une para honrar a Don Olimpo, su pastelero insignia

La Organización Ramo se encuentra de luto por el fallecimiento de su más antiguo colaborador, Don Olimpo López Cáceres, nacido el 24 de junio de 1918 en Jericó, Boyacá.

Don Olimpo murió este 16 de octubre a sus 97 años,  en el municipio de Mosquera, de una manera tranquila, después de entregar su vida y corazón a esta compañía y de llevar alegría y amor a las familias colombianas por más de 47 años.

Nos despedimos no solo de un miembro de nuestra familia, nos despedimos de un ícono nacional que encarna los valores de Ramo y las tradiciones de calidad, sabor y frescura de todos nuestros productos.

“Fue una fortuna contar con él durante todo este tiempo. Olimpo siempre fue un ejemplo de compañerismo, lealtad, disciplina y trabajo comprometido. Gracias a él podemos contar muchas historias de éxito que tienen su toque secreto”, dice Germán Martínez, Director General de la Organización Ramo.

Por su parte, la familia Molano agradece profundamente la gran contribución de Don Olimpo, quien dedicó su vida a Ramo, trabajando hasta sus últimos días con el mismo empeño de siempre. Don Olimpo acompañó los grandes logros de la empresa al lado de Rafael Molano de quien fue gran amigo y compañero en los retos empresariales que convirtieron a la Organización en lo que hoy es.

La gran familia Ramo afronta desde hoy el futuro sin la presencia física de Don Olimpo pero con la fortuna imperecedera de contar con sus aportes y enseñanzas que serán por siempre parte del patrimonio cultural y empresarial de Ramo.

Acompañamos a su hijo Olimpo López Gómez, quien continuará con su gran legado en la compañía.

El portal Las 2 Orillas publicó un perfíl de este personaje, en el que se relata esa historia detrás del hombre del Chocoramo 

Don Olimpo, el inventor del Chocoramo

A sus 97 años, no le pasa por la cabeza que su colosal creación de hace 40 años se convierta en un chocolate esparcible con ingredientes canadienses con los que Ramo quiere competir con Nutella

Por: Iván Gallo

Va llegando al siglo y nada en su vida ha cambiado. A las tres y media de la mañana don Olimpo está en pie cada día para tomar el carro que conduce su hijo rumbo al municipio de Mosquera en donde está la fábrica de Ramo. Su casa es la misma austera vivienda en el barrio Minuto de Dios que le regaló don Rafael Molano, el dueño de la empresa, como premio a su invento culinario que logró junto a los químicos Pedro Perezón y Álvaro Iregui y que se coló desde entonces en el menú diario de los colombianos.  Tiene una pequeña oficina desde donde ha vigilado con esmero la transformación de su Chocoramo en un esparcible con el que los Molano quieren competir con la italiana Nutella.

Doscientos cuarenta millones de unidades de Chocoramo se hacen en un año. Una máquina se encarga de bañar de chocolate el ponqué Gala. La tecnología del siglo XXI hace ver la repostería como una tarea demasiado fácil, algo que no ocurría en 1925, cuando a los siete años Olimpo veía a su madre, Evangelina Gómez, trasnochar para tener listas las dos docenas de mantecadas que vendía en la panadería que tenía en Jericó, el pueblito ubicado a 3.100 metros en las montañas de Boyacá. Viéndola trabajar pudo desentrañar los misterios de la repostería y acaso fue allí en donde aprendió la misteriosa fórmula con la que un frágil pedazo de torta podía resistir el baño de chocolate caliente.

Duró veinte años confinado en las cocinas, amasando y destazando tortas, merengones y milhojas. Con la explosión de la segunda guerra mundial empezaron a llegar pasteleros de Alemania, Italia y Francia. De ellos aprendió los secretos que lo transformarían en la década del setenta en uno de los cocineros más importantes y reconocidos de Colombia. Pero de esto todavía le quedaba recorrer un buen trecho.  El 9 de abril de 1948 era la fecha en la que Olimpo creyó que su vida le daría un vuelco  por cuenta de un trabajo que don Rafael Molano , quien era directivo de Bavaria, le iba a ofrecer.  Desde la una y media de la tarde, el centro de Bogotá se había convertido en un escenario de guerra a raíz del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. Impotente, Olimpo tuvo que resignarse a ver como un incendio de furia cambiaba para siempre el centro de Bogotá con lo cual la cita quedaría pospuesta veinte años.

En 1968, con cincuenta años a cuestas y una experiencia reputada en los restaurantes  Palace, Alférez Real y El Planeta, que figuraban entre los más reconocidos de la ciudad, Olimpo se reencontró con Rafael Molano quien, sin dudarlo, le ofreció entrar a la amplia nómina de Ramo, una empresa que había fundado en 1950.

Fue don Olimpo quien se ingenió la receta del bizcocho  Ramo cubierto de chocolate que cinco años después, por iniciativa de Rafael Molano jr, lo pusieron en el mercado con el nombre de  Chocoramo. Su larga esbeltez y su bigote completaron la imagen que se volvió famosa en televisión en el programa de Gloria Valencia de Castaño Feliz cumpleaños amiguitos en el que Olimpo Lopez aparecía como el chef. En 1988, cuando Bogotá cumplió 450 años, Olimpo hizo un inmenso ponqué para los 35 mil capitalinos que se dieron cita en la media-torta. A finales de los ochenta la creatividad de López, lejos de apagarse, se encendía aún más creando los postres gansito y las galletas lecheritas.

La fórmula de Chocoramo es el secreto mejor guardado de la empresa. Dicen que esta reposa en una caja de seguridad en Estados Unidos. No es para menos, Chocoramo da el sesenta por ciento de las ventas de Ponqué Ramo a las que no le hará mella el recién inventado Chocoramo esparcible, un producto que pretende competir con Nutella, cuyo ingrediente principal es una esencia química producida por la empresa Natra de Canadá que nada tiene que ver con el sabor tradicional adherido al paladar de los colombianos que inventó don Olimpo.

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