Soñaba ser aviador. Por eso estudió, se preparó y sacó licencia. Y quizás esa es su gran frustración, porque no pudo ejercer su profesión de piloto comercial. Por lo pronto, conducirá una cuatrimotor y lo hará en el peor escenario posible: el Rally Dakar.

Se llama Nicolás Robledo Serna. Es antioqueño, tiene 38 años de edad; familia ; empresario exitoso y una afición de siete años atrás: las motos.

La Alianza Summa (unión de las tres firmas comerciales de aviación colombianas -Avianca, Sam y Aces, en 2002) lo dejó mirando para el páramo, a la espera de un trabajo que nunca llegó. Por eso, debió buscar otros horizontes y emprender una vida casi de gitano de puesto en puesto hasta consolidarse.

De flamante piloto comercial pasó a ser empleado de logística en la antigua plaza de toros, luego a montar vitrinas, posteriormente se dedicó a promover eventos de toda clase hasta acentarse en lo suyo. “Monté empresa. Ahora estoy feliz y me siento orgulloso no solo de este proyecto sino de la gente que dirijo, toda muy querida y, entre otras cosas, que me ha apoyado para salir adelante en esta otra empresa de competir en el Dakar”, cuenta Nicolás, quien hará su debut en la salvaje carrera que abre el año deportivo.

Una aventura grande

Tras presentar su hoja deportiva que reconoce no es muy amplia, pues no es un piloto reconocido ni con un bagaje grande, salió favorecido porque la organización Dakar por Suramérica la aprobó y lo seleccionó para hacer parte del grupo de 46 pilotos de quads y único antioqueño en carrera.