miércoles julio 17 de 2024

Uno y dos

27 enero, 2016 Opinión

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Por Augusto León Restrepo

A partir de hoy, 25 de enero de 2016, A Vuelapluma, la columna habitual en Eje 21, pasa a mejor o peor vida. No lo sé. Los que siguen mis escritos, para aceptarlos o controvertirlos, van a encontrar de ahora en adelante temas específicos y cortos, a ver si atraigo como lectores a mis hijos, a quienes les ha parecido que lo de A Vuelapluma es  ladrilludo, reiterativo y mamón.

UNO

Confieso que me produce grima volver a hablar sobre el tal Aerocafé o Aeropuerto de Palestina o como se llame. Hace unos seis o más meses, algunos manizaleños raizales y otros manizaleños de corazón como quien escribe, Mario de la Calle y Carlos Enrique Ruiz, quisimos proponer un debate serio alrededor de la obra inconclusa mas agresora del contorno y del país y nadie en Manizales se le midió al asunto. Indiferencia total. Creo que interpreto a los conocidos o anónimos que han expresado sus opiniones, cuando digo que lo único que queremos es que los organismos de control  dictaminen quienes son los responsables del fracaso administrativo y técnico de la obra y del monumental detrimento patrimonial que se produjo con plata de los caldenses y de los colombianos.

Y que nos respondan  los gobernantes de turno, de Manizales y de Caldas , los altos ejecutivos oficiales de orden nacional, los parlamentarios, diputados, concejales, a sabiendas de que no  van a contestar, si van a insistir en la construcción de semejante encarte, culequera o enguande, como decimos en Anserma, o deciden de una vez por todas liquidarlo y dedicar sus terrenos a un parque ecológico, a un turístico autódromo, a una urbanización de vivienda social, a un hipódromo. O a lo que sea. Cerrar su entable, liquidar al personal y santas pascuas. Y en un acto de realismo, declarar que el aeropuerto de Manizales es el de Matecaña, en Pereira, con un aeropuerto alterno que se llama La Nubia, a escogencia de los usuarios.

DOS

Ferney Paz, César Montoya Ocampo, Marco Aurelio Uribe y  Rafael Zuluaga, columnistas que escriben sobre el acontecer departamental, le han hecho coro al senador caldense y futuro Presidente del  Congreso Mauricio Lizcano, a quien felicito de antemano por su triunfo político, en lo relacionado al reclamo que le hizo al Alcalde de Bogotá por haber incluido al ex gerente de Aerocafé Francisco Cruz Prada en la nómina de sus más cercanos colaboradores, porque éste es objeto de investigaciones fiscales que están en curso. Cruz Prada alegó su presunción de inocencia ya que no ha sido condenado por ninguna de las «ías». Para su posesión, supongo, tuvo que allegar certificaciones en ese sentido. Lo cierto es que mientras no aparezcan condenas en contra de los funcionarios electos o nombrados, éstos pueden desempeñar sus cargos, como es el caso de Cruz Rueda, cuya nominación como Gerente de lo de Palestina fue apadrinada por Mauricio Lizcano junto con Penagos y los uribistas caldenses, según lo recuerda Marco Aurelio Uribe. Lo que me parece extraño es la vehemencia de Lizcano con Cruz Prada, persona a quien no conozco ni de vista ni de trato, puesto que en Caldas ejercen la burocracia distinguidos enjuiciados por la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría, muchos de ellos recomendados políticos suyos, cuya lista la encabeza el demandado como inhábil para ejercer la Gobernación, Guido Echeverri Piedrahita, sujeto también de investigaciones por parte de la Fiscalía General de la Nación. Pedirles coherencia a los políticos es como arar en el mar, pero creo que al Dr. Lizcano se le fue la mano al ver la paja en el ojo del llanero Cruz Prada y no semejantes vigas en las pupilas de quienes ahora usufructúan los flamantes carros oficiales de la Gobernación.

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