A trabajar en serio
Por Esteban Jaramillo Osorio.
Esta en emergencia la selección, pero no en estado crítico. Se infiere que los movimientos de los futbolistas a ligas de menor rango y el bajo rendimiento de muchos de los preferidos, encienden las alarmas y agudizan la preocupación del pueblo comprometido, emocionalmente, con las actividades del equipo nacional.
Es hora, como siempre en los momentos críticos, de que el director técnico muestre de que esta hecho, cual es su liderazgo y reafirme las aptitudes de seleccionador que se le aprobaron en Brasil.
Llego el momento de reaccionar, de reparar las líneas y de mirar todas las alternativas que el mercado local e internacional brindan.
Equivale a inspeccionar aquí y allá, a seguir con lupa todas las ligas, todos los futbolistas Colombianos, no importa lo distantes que estén. Hay centenares por el mundo. También, a darle vida a los micro ciclos en Colombia, para que no pasen por un tema menor, o simplemente un contentillo para acallar criticas, como lo han afirmado algunos periodistas serios.
Hay materia prima para llevar a cabo la transición. Quedan muchas balas en la recamara para el profesor Pékerman, quien, obligado esta a intensificar su trabajo, con un compromiso mayor frente a sus obligaciones, para así recuperar el vuelo del equipo.
El riesgo aumenta cuando pasa el tiempo y no se ve actividad alguna.
En el mundo del fútbol, cada día hay un reto que exige mano firme en el timón de mando.
En este punto de quiebre, recomendable es la búsqueda de alternativas para demostrar que la selección no es un solo jugador, sino un colectivo, y que lo hecho en el mundial no fue fruto, solamente, de la inspiración de nuestras figuras, sino del trabajo conjunto bien realizado.
Volviendo al tema inicial, no es un trauma que un jugador se deje encandilar por sueldos millonarios, así se reduzcan su nivel de juego y su legión se seguidores. Al fin al cabo los mismos dirigentes siempre afirmaron que el fútbol es un negocio.
Pékerman no va a encontrar la nevera vacía, no obstante la recurrencia de las criticas sesgadas que se empecinen en encontrar miserias en su cargo y en sus decisiones. Son tantos los que le persiguen con maniática obsesión. Futbolistas hay para elegir, pero la ejecución de las tareas merece mayor cuidado por parte del cuerpo técnico de turno.