Jurisdicción Especial de Paz no reemplaza a nuestras instituciones de justicia: Santos
El Presidente Juan Manuel Santos aseveró este lunes que “la Jurisdicción Especial de Paz no reemplaza nuestras instituciones de justicia ni nuestro Poder Legislativo, como se quiso decir”, sino que “los complementa y fortalece para esta situación especial y única de lograr la terminación de un conflicto armado”.
El Jefe del Estado quien presidió la ceremonia de consagración de 15 nuevos colegiales de número en la Universidad del Rosario, puso de presente que dicha Jurisdicción “fue el producto de un trabajo serio y dedicado a lo largo de 5 meses. No va a tener facultades supra-constitucionales, ni sus decisiones serán inapelables”.
Con respecto a algunas críticas a esa forma de justicia, recordó que los sofistas utilizan un recurso que “que se llama la Falacia del Espantapájaros, que consiste en tergiversar una realidad y convertirla en un muñeco de paja para asustar”.
En este orden de ideas explicó que la justicia transicional fue creada para poder resolver un conflicto como el colombiano, “donde los grupos insurgentes no reconocen precisamente, la justicia del Estado contra el cual se alzaron en armas”.
“Por eso hay que crearla”, agregó y señaló que “las partes se pusieron de acuerdo en la creación de una Jurisdicción Especial, con un Tribunal con capacidad para investigar, juzgar y sancionar, bajo las leyes colombianas”.
Advirtió que de lo contrario “la alternativa sería un tribunal impuesto desde afuera –por la ONU, por ejemplo–, como ocurrió en Yugoslavia o en Ruanda”.
Subrayó que tampoco “el Tribunal de Paz estará por encima de las Altas Cortes; ni mucho menos de los compromisos del país en materia de Derechos Humanos y DIH, que respeta en su totalidad”.
Y en tal sentido aseveró que la justicia transicional fue diseñada “en total concordancia con el Estatuto de Roma”.
Lo que está en juego es el futuro de Colombia
El Presidente Santos también afirmó que “lo que a todos nos produce tristeza es ver cómo todo un expatrono de la Universidad, que dedicó los 4 años de su gobierno a buscar la paz –incluso despejando de fuerza pública un territorio del tamaño de Suiza–, hable ahora de “entrega del país” y busque deslegitimar un esfuerzo serio, responsable y prudente que todos esperamos que nos lleve a la meta de la paz, una paz que –repito– no le pertenece a nadie, sino a todos los colombianos”.
A continuación, expresó su satisfacción porque la gran mayoría de rosaristas “son profesionales proactivos y constructores de paz, que pueden o no estar de acuerdo con algunos elementos del proceso, pero que jamás utilizarían bases falsas para ganar un debate”.
Hizo énfasis en que “aquí no se trata de campeonatos de retórica, ni de tratar de recuperar vigencias políticas”.
¡Puso de presente, por último, que “lo que está en juego es la paz! ¡Lo que está en juego es el futuro de Colombia!”.