lunes noviembre 25 de 2024

Crónica de un zika anunciado

Senador Horacio Serpa UribePor: Horacio Serpa Uribe 

 Soy uno de los 51473 casos de personas infectadas con el virus de zika. El mal lo transmite un mosquito llamado Aedes aegypti, el cual transmite también el virus de dengue, la fiebre amarilla y el chikunguña. Esos informes del Instituto Nacional de Salud cuentan que este año 77 personas murieron por dengue.

El martes hubo en el Senado un debate de control político sobre el zika, con asistencia del señor Ministro de Salud, promovido por el Senador Jorge Iván Ospina, Verde, del Valle del Cauca. Lo escuché con atención. Cada vez que Jorge Iván informaba sobre los síntomas de esas enfermedades me parecía que los estaba sufriendo en carne propia. Explico.

Desde el domingo por la tarde, cuando con Rosita regresamos a Bogotá, comencé a sentir unas molestias musculares, que atribuí a los ejercicios de la mañana. El lunes las dolencias fueron más fuertes y sin consultarlo, resolví tomarme un acetaminofén. Creí que me empezaba una gripa y a pesar de los dolores solo hice caso a seguir consumiendo pastillas.

El martes fue el día del debate. Mientras escuchaba cifras, situaciones, estadísticas, fallecimientos e irresponsabilidades de autoridades y servicios públicos de salud, crecían los dolores. Hasta el punto de que por primera vez me salí de una sesión antes de que terminara.

El miércoles me comunique con el médico familiar, quien me recomendó el mismo medicamento, mucha agua y reposo. Pero no podía faltar al debate sobre la paz; cuando terminó aumenté la dosis del analgésico para ir a Voces de RCN. A la salida busqué un laboratorio clínico para que me hiciera un cuadro hemático y conteo de plaquetas, como me lo había ordenado el médico por la mañana.

El jueves nos fuimos a Cartagena con Rosita y directivos de la DNL. Reuniones, dolor intenso y pastillas. En la noche cancelaron el vuelo de regreso. Ya en el Hotel, noté en las piernas un salpullido rosado que al consultarlo con el médico me dijo que me había picado el inefable mosquito. Pastillas, reposo, agua.

El viernes llegamos directamente a la Clínica del Country. Confirmado, zika. Desde entonces estoy en el apartamento, acostado, con salpullido, fiebre a ratos, ardor en los ojos, dolor de cabeza, debilidad, inapetente, diarrea, pereza y cuanto terrible dolor hay en músculos y articulaciones. Total y absolutamente incapacitado Me considero un cero a la izquierda.

Lamento que muchas y muchos colombianos estén tan fregados como yo. Por desgracia somos los campeones en América de zika, chicunguña y dengue, como lo denunció el senador Ospina. El zika no es una gripita cualquiera. Es una enfermedad grave, dolorosísima, incapacitante, que perturba a toda la familia y reduce al enfermo a su mínima expresión.

Con esfuerzo escribí esta columna. Discreto como soy para mis asuntos personales y familiares resolví hacerlo para decirle a la gente que le preste atención a los síntomas de cualquier enfermedad, que no se auto medique y que atienda todos los llamados a la prevención en salud. Al gobierno le pido que hagan más prevención y promoción y que no eche en saco roto el debate del doctor Ospina. En el Senado se dan cosas interesantes.

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