miércoles diciembre 18 de 2024

Muere el dramaturgo esloveno Tomaz Pandur durante un ensayo en Macedonia El FITB, su directora y la junta directiva, lamentan profundamente el fallecimiento del director Tomaz Pandur

Tomaz Pandur, más que familiar del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, en entrevista con La Pluma & La Herida

Tomaz Pandur, más que familiar del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, en entrevista con La Pluma & La Herida

 Skopje (Macedonia), 13 de abril_ RAM_ Un infarto ha terminado en Skopje (Macedonia) con la vida del director esloveno Tomaz Pandur, habitual en la escena española desde hace una década. Pandur murió durante un ensayo de «El Rey Lear», de Shakespeare, que preparaba para el Teatro Nacional Madedonio. Pandur se desplomó sobre el escenario, donde sus compañeros trataron de reanimarle sin éxito. Tenía 53 años.

Tomaz Pandur, que el mes pasado presentó en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (con el que mantenía una gran relación) su versión de «Fausto», nació en Maribor, Yugoslavia (actualmente Eslovenia) en 1963. Se graduó en la Academia de Teatro, Cine y Televisión de la Universidad de Ljubljana, Eslovenia, en 1988 (MDA en dirección), y el año siguiente se convirtió en el director artístico del Teatro Nacional Esloveno, situado en su población natal. Su trabajo en esta institución le valió el reconocimiento internacional.

En 2002 fundó junto con su hermana, la dramaturga Livia Pandur, su propia compañía PandurTheaters, radicada en Ljublana, en cuyo festival trabajó también frecuentemente. Su primer contacto con España fue en 1991, año en que se presentó en Zaragoza su montaje de «Scheherezade», uno de sus primeros trabajos. En 2005, a raíz de la presentación en Madrid, en el actual teatro Fernán Gómez, de «Cien minutos» (versión de «Los hermanos Karamazov» en la que planteaba el problema de la desintegración de Yugoslavia), intensificó su relación con España.

En 2005 se presentó en el Centro Dramático Nacional, entonces bajo la dirección de Gerardo Vera. con «Inferno», un montaje basado en la «Divina Comedia», de Dante, protagonizada por Roberto Enríquez, Sergio Peris-Mencheta, Asier Etxeandía y Verónica Echegui. Con motivo de este estreno, Pandur confesaba a ABC: «La inspiración no la encuentro tanto en los textos como en las ideas. Lo que me gusta es dirigir ideas, pensamientos activos. Los pensamientos viajan a través del tiempo y del espacio, y parece que la “Divina comedia” es mi destino. Para mí es un libro sagrado, uno de esos grandes libros universales como la Biblia, el Corán, el Torah o los libros egipcios o tibetanos sobre la muerte. Es un clásico que sobrevive a los siglos y se ha convertido en un fenómeno».

A partir de entonces, trabajó en varias ocasiones en nuestro país, donde trabó una fructífera relación artística con la actriz Blanca Portillo. Ella fue la protagonista de «Barroco» (2007), una adaptación de «Las amistades peligrosas», donde trabajaba también Asier Etxeandía, otro de sus actores «fetiche». Con la actriz madrileña hizo dos montajes más: «Hamlet» (2009), estrenada en el Matadero, con un reparto que incluía a Hugo Silva, Susi Sánchez, Asier Etxeandía, Félix Gómez, Nur Al Levi y Quim Gutiérrez, entre otros.; y «Medea», presentada unos meses después en el Festival de Mérida, donde la acompañaban entre otros Alberto Jiménez y Julieta Serrano.

Pandur colaboró también con Nacho Duato, con el que firmó «Alas» (2006), un trabajo del coreógrafo valenciano sobre la película de Wim Wenders «El cielo sobre Berlin», y que se estrenó en el Palacio de Festivales de Santander.

Sus últimos dos trabajos en nuestro país fueron «La caída de los Dioses» (2011), una producción del Teatro Español en la que intervinieron Belén Rueda, Olivia Molina, Manuel de Blas, Francico Boira, Pablo Rivero, Fernando Cayo, Alberto Jiménez, Emilio Gavira y Santi Marín; y «Fausto» (2014), una producción del Centro Dramático Nacional, estrenada en el teatro Valle-Inclán con un reparto compuesto por Manuel Castillo, Víctor Clavijo, Roberto Enríquez, Alberto Frías, Emilio Gavira, Aarón Lobato, Rubén Mascato, Pablo Rivero, Marina Salas y Ana Wagener.

Otros trabajos destacados de Tomaz Pandur son «Richard III + II», que estrenó hace dos años en el Ljublana, «Michelangelo», «War and peace», sobre la novela de Dostoievski; o «Calígula». Le gustaba encontrar inspiración fuera de los textos teatrales. «Exigen -explicaba hace diez años a ABC- un trabajo de investigación y de búsqueda muy grandes y muy distinto del trabajo de dramaturgia. Hay que abrir también grandes espacios de referencia, sobre todo si no quieres estar en un sólo lado, sino ver el problema desde miles de puntos de vista. Así concibo yo el teatro: una fusión de todas las experiencias del mundo, no sólo una».

El FITB, su directora y la junta directiva, lamentan profundamente el fallecimiento del director Tomaz Pandur

Fausto

Anamarta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, la junta directiva y todo el equipo, lamenta profundamente el fallecimiento del director y gran amigo Tomáz Pandur

“Algunos directores y actores que han crecido junto, y también de manera paralela, al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Uno de ellos, Tomáz Pandur, falleció esta mañana en Macedonia donde estaba montando un Rey Lear. El primer viaje de Tomaz a Bogotá lo recuerdan mucho quienes tuvieron la fortuna de ver  Scheherezade con una puesta en escena atrevida, llena de una estética que después se hizo muy familiar para un público que fue siempre su público.

Después de Scheherezade vinieron El Infierno (tal vez la más recordada por el uso audaz del agua y por un final épico),100 Minutos, Barroco, Calígula,  Medea y, en esta última edición, un Fausto lleno de madurez y de profundidad.

Todas esas obras quedan en nuestra memoria pues nos ayudaron a ver y a entender lo que es el gran teatro. Lo que lastimosamente nos deja en el deseo solamente son los proyectos que tenía Tomaz en sus manos. Para el 2018 iba a traer uno de sus sueños más persistentes: Cien años de soledad. Ese es uno de los problemas del genio, cuando nos dejan se llevan consigo lo que no alcanzaron a realizar y quedamos con la emoción soñada.

Gracias Tomaz por todo lo que le diste al Festival y al público bogotano, un público que, como bien decías, te acompañó siempre y junto al cual te hiciste grande.

Se fue un gran amigo. Abrazos mi querido Tomaz”.

Expresó Anamarta de Pizarro.

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