miércoles julio 17 de 2024

No vemos la aureola por ningún lado UNO Y DOS

12 abril, 2016 Opinión

Augusto Restrepo

Por Augusto León Restrepo

UNO

Quienes creyeron y creen que un conflicto armado, cualquiera que sea, se resuelve como soplando botellas, carecen de realismo. De realismo, que es inteligente reconocer, para encontrar las anheladas soluciones. Hay que identificar la realidad, por dura que sea, para diagnosticarla y enfrentarla.

Esta es una fórmula del marxismo que encontramos en su abecé, cuando en nuestra Facultad de Derecho de Manizales, nuestro profesor de Constitucional y de Ideas Políticas nos leía EL Capital, algunos apartes, sin censuras ni reprobaciones directivas. El Capital de Carlos Marx, una de las cumbres del pensamiento político universal, con sus verdades y sus falsas profecías, bien pudiera decirse que es ahora un catecismo tan peligroso como el del Padre Astete.

A quienes leímos algunos capítulos de aquel, no nos ha llevado el diablo hasta el momento. Ni por haber memorizado el de Astete nos convertimos ipso facto en santos. Ahí vamos, pero no vemos la aureola por ningún lado. Esto, para dar un parte de tranquilidad a los aculillados y a los nerviosos.

Con la firma de los acuerdos de La Habana con las Farc y con el inicio de las conversaciones para terminar el conflicto amado con el ejército de liberación nacional, ELN, no se va a sacar de la mochila guerrillera El Capital para aplicárselo a las instituciones colombianas ni de los morrales el evangelio revolucionario de los elenos, que justifica la fuerza como lucha contra las diferencias sociales y como toma del poder para el pueblo. Las Farc han sido los prosélitos de Marx. Los elenos, de un mensaje muy peculiar, liberador, que admite y propugna todas las formas de lucha en nombre de Jesucristo.

Estas paradojas solo existen en una nación llamada Colombia, de puro aire y acento macondianos. El Presidente Juan Manuel Santos tiene que recordar a cada rato, para tratar de apaciguar a los apocalípticos, que ni nuestro pacto social capitalista, ni su bandera, la propiedad privada, están en juego ni se negocian, ni los organigramas de ejército y policía se tirararán a un precipicio para dar lugar a un nuevo orden ni a Timochenko se le va a nombrar en San Vicente del Caguán como director de una guardería, mal chiste de un ex presidente, Pastrana Junior, con el que quiso hacerse el gracioso en un acto entre serio y farandulero que se efectuó en Madrid con ocasión de los los ochenta años de vida del Nobel Vargas Llosa.

DOS

Seamos realistas. Lo que se busca con lo de La Habana y ahora con lo de Caracas, Quito, La Habana, Brasil, es que las guerrillas aprovechen su canto de cisne y entren a la contienda política del país, desarmadas, con legitimidad, y protegidas en sus vidas.

Que no haya mas muertos inútiles por causas gratuitas. Que traten de convencernos con sus catapultas argumentales de que sus propuestas son válidas y las mas convenientes para el pueblo colombiano. Por nuestra parte, debemos de aprovisionarnos de las armas racionales y dialécticas – ya lo estamos- para controvertir sus aspiraciones, pero, eso sí, sin que nos maten ni sin que los matemos.

Nosotros, los del Partido de La Vida, ya comenzamos a ver los resultados de las aproximaciones entre el Estado y la subversión. La tregua unilateral ordenada por las Farc ha permitido que la muerte se esconda en su guarida. El manizaleño José Fernando Isaza, en su columna de El Espectador de ayer, trae los siguientes datos consignados en un informe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, CERAC, : “durante los ocho meses de la tregua unilateral decretada por las Farc, el número de muertos en combate se ha reducido en el 92%.

En los últimos 115 días solo se ha registrado una acción militar ofensiva por parte de las Farc, el 18 de marzo con el resultado de un guerrillero muerto…..Por su parte , el Gobierno también ha contribuído a desescalar el conflicto y no ha efectuado ataques aéreos a los campamentos” . Y por ahí, en una red social, me encontré el siguiente mensaje: ” En el Hospital Militar de Colombia atendíamos por ejemplo en el año 2006, 1.119 soldados heridos en combate, todos jóvenes entre los 18 y los 25 años. Este año llevamos 2. Jorge Mario Eastman Jr. ex viceministro de Defensa”. Si estas cifras perduran en el tiempo a raíz de los acuerdos con la guerrillada colombiana, con gusto apuraremos los batracios que nos traigan los procesos de desarme. Nos unimos a la solicitud elevada al ELN, para que decrete una tregua unilateral e indefinida.La Vida es el supremo valor.

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