Racionamiento
Por Esteban Jaramillo Osorio
Se conoce la decisión gubernamental que aleja la zozobra de un racionamiento de energía, en Colombia.
Como consecuencia, el aporte del fútbol, cambiando los horarios de los partidos, debe ser reconsiderado, con el regreso inmediato de la programación nocturna.
La medida, impopular entre los futbolistas, fue un simbólico mensaje a la causa general. Hubo conciencia en la necesidad de un sacrificio, en este sentido, lo que no excluyó al fútbol como espectáculo social.
Quedó la sensación de precipitud en la adopción de la medida, con carencia de un debate profundo, lo que quedó demostrado en el desarrollo del calendario del campeonato de la B, en los horarios tradicionales, con estadios vacíos.
La realización de los partidos, coincidentes con las ligas europeas, fue una apuesta atrevida.
No fue difícil elegir entre Tolima – Envigado, o Arsenal – Watford, con la alternativa adicional y simultánea de Bayer de Munich – Eintracht Frankfurt.
Peor situación se planteó, al comenzar el clásico en España, entre Barcelona y Real Madrid, al tiempo del pitazo inicial de Rionegro y Cortuluá. Competencia desbalanceada también para el Chico – Cali, mientras jugaban, con goleada de por medio, Atlético de Madrid, escolta del líder, y el Betis.
Para algunos, la medida tuvo un tufillo político o un protagonismo desmedido sobre el tema. Para otros fue una sana aportación a la causa nacional con sus necesidades apremiantes.
Lo cierto es que, consideradas, con respeto, las opiniones de los futbolistas, opuestos a jugar frente a las inclemencias de las temperaturas, el fútbol mostró, a través de la dirigencia su lado sensible, con su decisión temporal.
Al margen de este experimento, queda la necesidad de profundizar en el análisis sobre el comportamiento arbitral, que fecha tras fecha deja puntos oscuros por equivocadas decisiones.
Resulta urgente la profesionalización de la actividad, para una mayor exigencia a la calidad de los encargados de tan delicada tarea.
Por último, la presión a Coldeportes para la toma de un mayor número de muestras, en el necesario control al doping, dirigiría el campeonato hacia una mayor trasparencia y el desarrollo del mismo, por los caminos de la ética competitiva.
Contrasta la negligencia en este aspecto, con el deseo de protagonismo con que visitaron en la noche a la selección Colombia, buscando por sospechas infundadas, lo que nada de anómalo tenía.