miércoles noviembre 20 de 2024

La gambeta y los atletas

esteban-jaramillo2

 Por Esteban Jaramillo Osorio

 La diferencia es mental; no es técnica. Los europeos tienen acción, tensión e intensidad. Devoran kilómetros, como manjares. Corren por todos los sectores del campo, sin pausas, sin concesiones.

Los partidos son impredecibles en su resultado. Se diría que juegan con el alma, con el triunfo como único objetivo.

Pero algo les falta. Se nota en la Eurocopa, tan emocionante, tan distinguida. No hay chispa, no hay ingenio. Todo se van tan lineal, tan esquemático, tan atlético.

Los cierres son inhumanos, con alargues pesados, sin brillo, subordinados por el negocio, y ejecuciones desde el penal, llenas de nerviosismo, que terminan con las figuras acribilladas por sus desaciertos.

La euro es torneo complejo y exigente al que los astros llegan con el tanque de gasolina en mínimos, pero arrastran el público a los estadios. En ella, el orden está por encima de la fantasía, porque mandan entrenadores académicos y tácticos, que predican como único argumento el resultado.

En la derrota, los grandes se ven decepcionados, con llanto, pero orgullosos de la labor realizada. Algo muy significativo han hecho para dominar desde la cancha la sinrazón de la violencia.

Pero a esos pizarrones, a esos delanteros con chasis y defensores con estatura de baloncesto, les falta el lirismo latino. La gambeta y los requiebres, como esencia vital del juego. Al arte en el manejo de la pelota, que llena de espectáculo los estadios.

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