RCN, Caracol y carroña / El otro lado
Por Omar Rincón*, Diario El Tiempo, Bogotá
‘Informan en el estilo Uribe: mentiras, odios y gozo con el dolor ajeno’.
La televisión colombiana está aburrida porque está dominada por la carroña informativa: mentiras, odio y venganzas. Menos mal hay ficción.
Ficciones. Hay que aceptar que si RCN eliminara su noticiero, sus programas seudohumor y sus ‘realities’… todo sería mejor.
Cuando de ficción se trata, todo bien. La serie de Juan Gabriel, ‘made in’ México, todo bien: 10 puntos de rating.
Lo mismo pasa con ‘Bloque de búsqueda’, que marca muy bien, ‘Azúcar’, ‘Contra el tiempo’ y ‘Betty’. Todas marcan bien, muy bien. Están en buen relato y a la gente les gusta. Pero RCN insiste en cambiar de horarios, programar noticias carroña y hacer humor gomelo. Y pierde.
Noticias. RCN pierde por goleada. Y todo por querer ser uribista y carroña, que es lo mismo.
Los boyacenses escribieron en la carretera en una maravilla artística: “¡RCN fuera. No gratos! Boyacá territorio de paz”. Y todo porque RCN es un canal militarista y represivo y salió a defender al Esmad y la violencia institucionalizada cuando mató a un joven de Duitama.
RCN siempre a favor de la moral de la represión y la guerra. No entienden que Boyacá dijo paz, ellos solo ven guerra.
Caracol carroña. Pero no es solo RCN, el periodismo carroña de ‘Séptimo día’ goza con la mentira y odia a los indígenas. Le gusta el morbo de los débiles. Odia a los excluidos, no se mete con los poderosos.
Su ‘rating’ es el odio. Hay mala leche porque se es valiente contra los pobres, no contra los ricos; soberbio contra los débiles, no contra los poderosos. Se editorializa sin datos y sin contexto. Por ejemplo, que los indígenas son de las Farc y que Paloma Valencia y el señor Rangel son la ley.
César Rodríguez Garavito escribió sobre este caso en ‘El Espectador’: “Curiosa forma encontró el programa ‘Séptimo día’ para celebrar el día mundial de los pueblos indígenas. Durante tres domingos, a propósito de denuncias puntuales, sacó conclusiones generales tan tendenciosas que dejó la sensación de que la corrupción, el alcoholismo, la violencia sexual, la infiltración guerrillera y el robo de tierras son la regla entre los indígenas”.
Y concluye que ‘Séptimo día’ propaga el otro mito sobre los indígenas: “Si no son buenos salvajes, entonces son salvajes sin más. Y así los retrató en episodios plagados de fallas investigativas y periodísticas”, y se queja de que “todo eso habría precisado periodismo serio. Y una mínima consideración con la historia y la justicia”. Y de eso ‘Séptimo día’ no tiene nada.
Ni RCN ni Caracol tienen conciencia pública, solo sensacionalismo por el ‘rating’ y el negocio ¡Qué chiquita es su cabeza! Solo billete. Boyacá y los indígenas se quejan. Y tienen razón. Pero RCN y Caracol creen que solo son una manada de campesinos e indígenas igualados.
La verdad es que RCN y Caracol informan en el estilo Uribe: mentiras, odios y gozo con el dolor ajeno. El problema no es Colombia, son sus ricos. El problema es Caracol y RCN.
*ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión